Las declaraciones de Fidel Kuri, dueño de los Tiburones Rojos del Veracruz, pintan de cuerpo entero las arbitrariedades de la Federación Mexicana de Fútbol, así como el cinismo y soberbia de su representante Enrique Bonilla.
Olímpicamente criticó Kuri al arbitraje y al VAR.
Pero lo que más llamó la atención de los medios de comunicación es su aceptación de que debe dinero a jugadores y Técnicos, lo que está prohibido por los estatutos de la FEMEXFUT. En pocas palabras, es ilegal, lo que impediría que la escuadra porteña participe en el torneo.
Así se las gastan.
De tal forma que, cualquiera entiende la transacción ilegal de los Lobos de la BUAP que hizo el empresario Mario Mendivil, sin el consentimiento de la institución universitaria, que seguramente también benefició a otros intereses.