El ejercicio del poder en sí mismo no es malo, ya que ninguna administración de gobierno podría llevar a cabo sus políticas públicas y económicas sin una adecuada utilización del poder administrativo, coactivo y coercitivo, lo que ocurre es que la tentación del abuso primero se manifiesta como una simple idea o pensamiento el mismo que poco a poco va ganando terreno para luego tratar de llevarla a cabo.
En efecto, las debilidades del poder son parte de la naturaleza humana y afloran hasta en las personas que se suponen que se han preparado para acceder a los altos puestos del sector público.
Esta situación ocurre en todos los países y en todas las modalidades de los sistemas políticos.
En un análisis del diario digital La Silla Rota, precisamente de hace un año, relató que la agencia estatal de noticias Notimex, es un el organismo descentralizado de la administración pública federal, recibe recursos públicos para cubrir las noticias nacionales e internacionales y publica textos, fotografías, audios, videos e infografías. Uno de sus productos más reconocidos es el Sistema Inmediato de Comunicados (SIC) una plataforma en donde las instituciones del gobierno pueden subir de inmediato, cualquier información oficial para que sea retomada por los medios. Con estos antecedentes, no podemos considerar la labor de Notimex como un medio crítico de los gobiernos en turno, ya que en su esencia está al servicio de la estructura del gobierno federal.
Dicha agencia, tuvo un gran auge en otros sexenios. El apogeo inyectado a la agencia disminuyó posteriormente por el cambio de directivos, la insuficiencia financiera y el sindicato interno. Con la designación de Sanjuana Martínez como titular de la agencia, se dio la salida de Conrado García, como secretario general del sindicato de trabajadores de Notimex, siendo el caso que sus compañeros difundieron un comunicado donde lo acusaron de nepotismo.
Aunado a lo anterior, los problemas han tenido gran escalada hasta llegar al pleito laboral, editorial, sindical y directivo.
Así pues, se tiene que en dicho organismo los trabajadores sindicalizados, y los de honorarios también, reclaman públicamente que fueron despedidos de manera injustificada, que les están negando el pago de sus finiquitos y que sus puestos fueron cubiertos por personas que no están preparadas. Además, acusan a Sanjuana Martínez, titular de la agencia, de ser la promotora personal del presidente, utilizando los recursos materiales y humanos de la agencia, También, del desvío de recursos y abuso de funciones, que hay guerra sucia en contra de periodistas y ex trabajadores.
Se ha señalado de igual forma, que pese a la huelga de los trabajadores instaurada no impidió que se siguieran publicando notas y haciendo coberturas, desoyendo así a la Secretaría del Trabajo y las órdenes judiciales. Incluso, que hay investigaciones en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y en la Secretaría de la Función Pública.
Una de las críticas más severas a la labor de Sanjuana Martínez y su equipo, es que ha desvirtuado la función de la agencia, convirtiéndola en vocera oficial de las actividades del Presidente y defendiendo sus políticas, haciendo de lado una buena práctica periodística y de información para millones de ciudadanos, alejados de los conflictos políticos y partidistas y que sólo buscan contar con información veraz y oficial del quehacer del gobierno federal y sus diferentes áreas. Para varios críticos de Sanjuana Martínez, ha puesto a Notimex al servicio del Presidente, en demérito del derecho a la información y la objetividad en la difusión del trabajo de las dependencias que debe ser conocido por los gobernados.
La presión y críticas han llevado al rumor, de que se espera la salida de la directora y la desaparición de la agencia.
Ante esta situación, ¿quién tiene a razón? Las autoridades administrativas y jurisdiccionales deberán ser las que, mediante sus resoluciones, emitan la solución una vez estudiados los argumentos, defensas y medios probatorios.
Por lo pronto, las cosas continúan igual, es decir, no parece haber intenciones de modificar las políticas de la agencia, lo que sería sano para la opinión pública, ya que desde mi punto de vista, el Presidente López Obrador no necesita defensores ante los medios, por el amplio respaldo ciudadano que aún conserva para gobernar.