Cada año, durante el Sábado de Gloria, una tradición popular se hace presente en Puebla: muchos habitantes celebran esta fecha lanzándose agua con globos, mangueras o montando albercas improvisadas en sus hogares. Sin embargo, esta costumbre podría acarrear serias consecuencias legales debido al desperdicio de agua, especialmente en un contexto de creciente escasez del recurso.
Aunque el Sábado de Gloria no tiene un vínculo directo con un acto religioso de la Semana Santa, se ha convertido en una celebración popular donde las familias se refrescan y disfrutan en un ambiente festivo. Algunas prefieren acudir a balnearios, mientras que otras instalan albercas caseras o se mojan con cubetas y mangueras. Sin embargo, esta diversión puede ser sancionada por las autoridades.
El artículo 209 del Código Reglamentario para el Municipio de Puebla (COREMUN) establece que el uso irresponsable del agua, especialmente en espacios públicos, está penado por la ley. El texto especifica que se sancionará a quienes desperdicien agua potable en la vía pública o hagan un uso inadecuado de mangueras, cubetas u otros utensilios. Esta disposición tiene como fin evitar el derroche de agua en momentos de escasez, una situación que se ha agravado con el paso del tiempo.
Las sanciones por infringir esta normativa pueden ser bastante severas. Las multas oscilan entre los 565 y los 6,788 pesos, y en algunos casos, la persona infractora podría enfrentarse a un arresto de hasta 36 horas, equivalente a un día y medio. En situaciones más graves, también existe la posibilidad de imponer trabajos en favor de la comunidad.
A lo largo de los últimos años, las autoridades han hecho un llamado a la conciencia colectiva sobre la importancia de evitar el desperdicio del agua, especialmente durante las festividades de la Semana Santa. En medio de la creciente preocupación por la falta de este recurso, la prohibición del mal uso del agua se ha vuelto un tema de interés urgente para las autoridades locales.
El Sábado de Gloria, dentro del marco de la Semana Santa, es una fecha de reflexión religiosa y descanso para muchos, pero también se ha consolidado como un momento de esparcimiento y alegría. Sin embargo, es importante recordar que su celebración no debe ir en contra de la responsabilidad ambiental, y es necesario disfrutar de esta tradición sin descuidar el uso racional del agua.