La ciudadanía poblana tiene confianza en que la elección fraudulenta de gobernador del estado será finalmente anulada y se convocará a otra en la que sólo participarán el abanderado de Morena, Miguel Barbosa y la candidata del PAN, señora Martha Erika Alonso de Moreno Valle.
Una comisión del partido Movimiento de Regeneración Nacional, encabezada por la presidenta del comité nacional, se encuentra en Puebla reuniendo los datos necesarios para que se tome dicha medida y se impida que triunfe un descarado y cínico fraude electoral prohijado por el ex gobernador Rafael Moreno Valle, al que llegó sin haberlo conocido, en el gobierno de Melquíades Morales Flores, quien lo nombró, en pago de un favor político del abuelo de RMV, secretario de Finanzas del Estado, en febrero de 1999, al iniciarse su gobierno.
Moreno Valle no es un hombre honorable y decente, pues a su jefe le pagó cometiendo terrible desfalco, conocido como “el hoyo financiero de Rafa”, por una suma superior a los 4 mil millones de pesos.
Esa acción le costó el puesto a Moreno Valle, quien fue primero perdonado y después despedido vergonzosamente de la Secretaría de Finanzas.
Sin embargo, como gran saltimbanqui, el defraudador logró el perdón y fue propuesto como candidato a diputado federal, puesto que no terminó porque prefirió, de acuerdo con sus tenebrosos planes políticos, como diputado local por Puebla. Fue un movimiento que lo convirtió “de canónico a perrero”.
Cuando vio que en el PRI ya no tenía posibilidades de escalar las alturas, pues es hombre muy ambicioso y capaz de cualquier cosa, se lanzó al vuelo para ir a parar, de la manera más descarada, en el partido conservador, Acción Nacional, con lo que demostró carecer de ideología y de principios.
Ya en el PAN, y con apoyo de la entonces poderosa y acaudalada lideresa del sindicato del magisterio nacional, logró acomodarse como candidato al gobierno de Puebla. Le dio el visto bueno el presidente de la República y entre todos los citados, lo llevaron al triunfo sobre el candidato natural de aquel 2010, año de la elección de gobernador, Javier López Zavala. Hubo un gran fraude electoral urdido por el presidente Felipe Calderón.
Moreno Valle fue un gobernador fatídico para el estado de Puebla. Remató todos los bienes del gobierno de Puebla, se apoderó de empresas como la del agua potable, el transporte urbano, el monte de piedad y muchas más y dejó endeudado al Estado con 100 mil millones, según el entonces senador Miguel Barbosa, cantidad que fue corregida por economistas poblanos que la estiman en 150 mil millones. Algunas deudas tardarán en pagarse hasta en 50 años.
Al concluir su sexenio como gobernador, en vista de que se necesitaba de un mandatario relámpago de sólo dos años, pues se trataba de emparejar la fecha de elecciones de Puebla y de otros estados con la elección presidencial. El verdadero mandatario estatal siguió siendo él.
Pero la ambición de este vivales, hoy convertido en súper-archimillonario por el dinero que ha levantado en ocho años de manejo de las arcas públicas y del manejo de los grandes negocios privados que pasaron a ser de su propiedad, Moreno Valle quiere aumentar seis años su dominio de Puebla para hacer un total de catorce años, que podrían alargarse a 20, 26, 30 y más, pues si llegara a conseguir el triunfo en Puebla tomaría el manejo definitivo y por tanto vitalicio del mando de la entidad poblana, a la que seguiría saqueando a su gusto como si fuera uno más de sus ranchos.
Este fraude electoral de primero de julio en Puebla será el más escandaloso de la historia estatal y constituiría una enorme mancha para la reciente jornada electoral nacional, que fue una auténtica fiesta de la democracia. La presidenta de Morena, señora Yeidckol Polevnsky, persona de todas las confianzas del presidente electo López Obrador, tiene la palabra.