Guste o no, Ricardo Monreal Ávila y Alejandro Armenta Mier, tienen una carrera política propia y han trazado, con legitimidad, lo que marcará su rumbo en lo que está por venir: La sucesión presidencial y el relevo en el Gobierno del Estado de Puebla.
Monreal, ha sido claro al anunciar abiertamente que dentro de 20 meses dará a conocer que buscará la postulación de candidato a la Presidencia de la República, esperando que sea por MORENA, a pesar de que ha sido relegado y de no contar con un “aparato” atrás que lo impulse.
El legislador sabe que es su última oportunidad y que si bien ha sido desdeñado en la lista de aspirante del Presidente López Obrador, tiene la trayectoria y méritos suficientes para pelear el hospedaje por seis años en Palacio Nacional.
Lo han acusado de traidor por haber formulado una pregunta sobre la revocación de mandato que no gustó al morenismo, a pesar de que era adecuada, sensata y apegada a la norma legal.
El mismo calificativo se lo endosaron por la derrota de la llamada Cuarta Transformación en la mayoría de Alcaldías de la capital del país, cuando todos saben que Monreal y el mismo Mario Delgado Carrillo recibieron la orden superior de no meter las manos en la operación electoral.
Nadie parece fijarse en su labor como Coordinador de la bancada de MORENA y su buena manera de tejer alianzas para sacar adelante las iniciativas presidenciales.
Desacreditarlo es la orden.
Monreal, habrá de batallar en lo que pudiera ser su última gran guerra, sea por MORENA o por cualquier otra fuerza política que pudiera ser, se me ocurre, Movimiento Ciudadano.
Por lo que respecta a su homólogo Alejandro Armenta Mier, se debe destacar que el camino que ha elegido es sinuoso, pero hace brecha y gana espacio. Su actividad incesante en el Estado de Puebla tiene nerviosos a sus enemigos.
Armenta, es un aspirante natural, experimentado y fogueado en grandes ligas. Nadie le podrá impedir participar en 2024 por la gubernatura de Puebla, a pesar de que es espiado en todo lo que hace. Lo quieren pillar en algo que lo obligue a salir de la competencia, lo cual veo difícil.
También buscará ir por MORENA; sin embargo, si hay impedimento, nadie duda que otras fuerzas poderosas le abrirán la puerta.
El juego está abierto desde que terminó la elección del 6 de junio.
Nadie se duerme en sus laureles.
De repente el Diputado federal Ignacio Mier Velazco despertó de su letargo y se mueve.
Eduardo Rivera Pérez, como Alcalde de Puebla, tendrá la oportunidad de realizar el mejor papel de vida e impulsar desde el ayuntamiento su propia candidatura por el PAN o la alianza que pudiera repetirse con el PRI y el PRD.
Ya se verá.
Algo es seguro: Monreal y Armenta, ¡van! directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx