Se le ve tranquilo, demostrando que ha aprendido, al paso de los años, a controlar sus emociones.
Sabe que ha sido excluido de la contienda presidencial por MORENA porque así lo ha decidido el Presidente; no obstante, ratifica tener fe en convencer que es el mejor para el relevo y aquí seguirá. Finalmente, habrá consecuencias, las que sean, que lo harán tomar una decisión que, seguramente, conmocionará el entorno político mexicano.
Ricardo Monreal Ávila, es el único de los aspirantes que ha demostrado que no está de acuerdo con la obediencia a ciegas ni acepta culpas que no le corresponden, por mucho que los señalamientos vengan de Andrés Manuel López Obrador. De hecho, hace un año, se dio el desencuentro entre ambos, que le ha costado al Senador ser marginado de su Partido y de la mal llamada Cuarta Transformación.
A estas alturas, Monreal, no oculta que se acabó la cercanía a Palacio Nacional cuando López Obrador lo culpó de la derrota en la Ciudad de México, rechazando ser el responsable, puesto que le prohibieron meterse en la elección que sería manejada por la estructura de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Así lo hizo y vino la catástrofe en 9 Alcaldías; había que buscar a un chivo expiatorio y ese era Monreal. Previamente, la intriga palaciega penetró en el oído del poder.
Suponíamos que ese era el motivo, ahora sabemos que es la verdad contada por el propio Ricardo Monreal.
El Senador es un político con experiencia y trayectoria, con merecimientos de trascender, pero nunca como corcholata.
Tiene una buena relación con Marcelo Ebrard, no tanto con Adán Augusto López Hernández ni Claudia Sheinbaum, los tres que estuvieron en Toluca en un mitin el fin de semana protagonizando un acto anticipado de campaña que es ilegal y debería ser denunciado ante el tribunal electoral.
Tampoco acepta Monreal la encuesta para definir al candidato de MORENA, pues está demostrado que es un método manipulable, poco confiable. Lo extraño es que Ebrard esté de acuerdo con el mecanismo que seguramente manejará Mario Delgado, obviamente, atendiendo las indicaciones del Presidente para no equivocarse en la creación del nuevo Maximato.
POSDATA: Siempre ha ocurrido: Quien ose ir en contra del poder, estará condenado al ostracismo.
La vida enseña también que el poder puede ser vencido.
POSDATA 2: En tiempos de definiciones muchos Periodistas se prestan a ser uniformados en sus columnas o notas de redacción. Es cuestión de intereses. Por supuesto, no es gratis.
POSDATA 3: ¿Habrá tentación?
¿Será posible que ninguna de las corcholatas sea elegida, abriendo la posibilidad a una extensión de mandato?
Sólo es cuestión de violentar, una vez más, la Constitución y creerse el cuento de que el pueblo pone y el pueblo quita.