Que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, haya dicho esta mañana que lo sucedido en Querétaro son resabios de los gobiernos neoliberalistas pasados, es inadmisible.
Esta no puede ni debe ser la versión de un Jefe de Estado, pero explica que no haya detenidos y menos muertos.
¿Cuál es la verdad de lo sucedido en el estadio de fútbol “La Corregidora”?
¿Fue premeditado; preparado?
¿O es que fue una venganza de la barra de fanáticos del Querétaro por aquel descenso de los “Gallos Blancos en 2007, precisamente a manos del Atlas?
¿Las barras fueron infiltradas premeditadamente por delincuencia organizada con el permiso de altos mandos civiles, policíacos y militares?
¿Fue por la pasión que se desbordó por ir ganando los rojinegros 1-0?
¿Cómo es que dejaron pasar cuchillos, pistolas, varillas, palos, picahielos, alcohol y droga, como refieren los propios aficionados?
¿Es una cortina de humo para que la gente olvide el caso del Fiscal Alejandro Gerts Manero; el de José Ramón López Beltrán, su esposa Carolyn Adams y su casa gris; la discusión sobre la Reforma Energética; la campaña descarada de Claudia Sheinbaum rumbo a la Presidencia de la República; la corrupción que inunda a la Cuarta Transformación?
¿Por qué no hubo policías municipales y estatales, puros privados que parecían estaban de acuerdo en lo que estaba sucediendo?
Coincidentemente se da en dos regiones gobernadas por el PAN y Movimiento Ciudadano, lideradas por Mauricio Kuri y Enrique Alfaro, de Querétaro y Jalisco, respectivamente, los mismos que niegan que haya muertos, al igual que el gobierno federal, mientras que gente que estuvo presente entre el horror, narran que existió saña y crimen orquestado. Una movilización infernal como la de 1968 y 1971.
En Guadalajara encendieron veladoras la misma noche del sábado, horas después de los sucesos, lo que era señal que algunos habían fallecidos por el ataque artero.
La seguridad privada ayudó a las hordas infernales, señalan los testimonios de gente que vive de milagro, añadiendo: “Las personas que integran las barras de fanáticos nos conocemos, hasta cuates somos, no le hace que le vayamos a equipos contrarios, pero esta vez no había nada de eso”.
La afición queretana también desconoce a muchos de los salvajes involucrados. “No los habíamos visto”.
Hoy, sesiona la Federación Mexicana de Fútbol, ya con la presión de la FIFA, porque esto es un escándalo que coloca a México en el escaparate mundial. Las urgentes medidas y sanciones que se apliquen, entre ellas desafiliar al Querétaro, deben sujetarse en todos los casos y contra cualquier equipo, llámese como se llame.
¿Se necesitaba algo de esto para olvidar que la nación mexicana sucumbe ante el narcotráfico, la militarización del país, la violencia, el huachicol, la inflación que ha destrozado la economía interna, la devaluación del peso, el alza al gas y gasolina, los asesinatos y violencia verbal contra Periodistas, la destrucción de las instituciones, el desmoronamiento de la escuela pública, la corrupción e impunidad?, fenómenos que se han recrudecido y eso lo sabía el Presidente López Obrador al llegar al cargo, prometiendo que habría un México nuevo.
“Cuando uno quiere ser Presidente, sabe de antemano los problemas que hay que enfrentar y vencer en beneficio de nuestro pueblo. Los pretextos y echar culpas para no cumplir es de políticos mediocres que no merecen el cargo”. Esta es una de tantas frases de la líder de Alemania, Angela Merkel.