REFLEXIONES
Pocos saben o no abundan en refrescar que las escuelas privadas incorporadas a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla apoyaron la campaña de Miguel Barbosa Huerta. Fueron varios eventos organizados, creyendo en el cambio y en la palabra ofrecida por el morenista de que la educación y los planteles serían fortalecidos para desempeñar sus funciones en bien de la calidad educativa.
Esa percepción no ha cambiado entre la directriz, los maestros y su población estudiantil, que piden fluidez en acuerdos y en el comportamiento de la burocracia para agilizar trámites que se reflejen en la conducción de proyectos y la relación institucional respetuosa. Hay que añadir que, además de Puebla capital, los planteles tienen cobertura en Atlixco, San Martín Texmelucan y Tehuacán.
No han perdido la confianza en la palabra empeñada por el Ejecutivo, a pesar de la crisis que golpea a la gran mayoría de poblanos.
Ha sido un año difícil; nadie ha escapado a las circunstancias adversas, unos más que otros y no hay mejor forma de salir adelante que unir esfuerzos e ideas, lejos de intereses políticos que crecen y se agudizarán en 2021 con el proceso electoral, donde todos los Partidos quieren votos para ganar posiciones.
La organización y trabajo coordinado evitará, igualmente, el cierre de planteles que han recibido un fuerte impacto en su economía. La desaparición de escuelas no se puede permitir, porque va en detrimento de la educación, herramienta indispensable para combatir la pobreza y la ignorancia que son alimento de la corrupción e impunidad.
El hecho de que las instituciones incorporadas se rijan por los programas y planes de estudio de la BUAP, no las integra al Consorcio Universitario ni en sus reuniones ni en su trabajo ni en sus acuerdos. El respeto es primordial en su conducción.
“La mejor educación de los jóvenes y el fortalecimiento de la calidad en la academia, es obligación y principio de las escuelas privadas”, así lo resume el Doctor Germán Molina Carrillo, Director del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.
Existen en Puebla 65 escuelas privadas incorporadas a la BUAP, 50 preparatorias y 15 licenciaturas, que respetan con criterio sensato los lineamientos y modificaciones de la Ley Estatal de Educación, pero además ofrecen altos niveles de calidad académica y becas consensuadas en el pago de colegiaturas; acuerdos con padres de familia para no verse afectados en su economía de manera recíproca, ahora con la pandemia que ha fracturado la economía.
Las clases virtuales no es culpa de estudiantes y sus familias, tampoco de la directriz escolar, es obligado por la presencia del Coronavirus que nadie imaginó castigaría a México y al mundo entero. Por eso es indispensable el diálogo, el acuerdo, para evitar malos entendidos o problemas que rompan la relación entre estudiantes, padres de familia, académicos y directores, incluyendo al Gobierno del Estado que es el eje rector en el territorio poblano, así como a la BUAP.
Se debe añadir que de ninguna forma las escuelas incorporadas evaden su responsabilidad con los lineamientos de la SEP para destrabar programas y proyectos. Existe respeto; sin embargo, es necesario que los candados que origina el burocratismo se rompan para no perjudicar a estudiantes, maestros y planes de estudio.
Como dato adicional, hay en Puebla 2 mil 682 escuelas incorporadas a la Secretaría de Educación Pública, de niveles preescolar (889), primaria (554), secundaria (301), bachillerato (550) y superior (388), de las cuales podrían cerrar el 25 por ciento por la pandemia.
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx