REFLEXIONES
El grupo que firmó el desplegado exigiendo al Presidente Andrés Manuel López Obrador respeto a la libertad de expresión y la democracia, porque están en peligro, está compuesto por Periodistas y los que se hacen llamar Científicos e Intelectuales, cuyo verdadero fondo de su actuación es el de descubrir su dolor por la pérdida de privilegios y porque han extraviado su posición de intervenir en el diseño y organización de las políticas públicas del Estado. No soportan ya no participar como los agentes legitimadores del Jefe del Ejecutivo.
Los “Intelectuales Orgánicos”, como se conoce a los que servían al viejo régimen o recibían dinero para pegarle al gobierno a valores entendidos, se sienten agraviados; de eso han vivido; así parece. Hoy, lanzan petardos contra su enemigo, la cabeza de la llamada de la Cuarta Transformación, pero nunca antes se refirieron al autoritarismo ni a la corrupción e impunidad que ha destrozado al país, imperante con Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
¿Es verdad lo que dicen que la libertad de expresión está en peligro o están mintiendo?
¿Piensan que al Presidente de México le está vedado el derecho a ejercer la libertad de expresión?
Como respuesta personal, diré que nunca como ahora hay libertad para decir lo que se piensa o lo que se quiere sin temor a ser encarcelado. No había escuchado tantos calificativos en contra del jefe de una nación, entre ellos llamándolo demente, dictador, ignorante y comunista, elaborando cientos de memes buscando lastimarlo, por decir lo menos y no ha pasado nada. Las ofensas le han llovido, entre las que se cuentan las de 650 firmantes del manifiesto que se publicó en un periódico identificado con la derecha radical y, a pesar de eso, no hay reacciones que lamentar.
Las redes sociales se inundan de improperios hacia el tabasqueño.
En periódicos impresos y programas de radio se ejercita el mismo fenómeno con sus excepciones.
Sin embargo, esos mismos que ahora sienten son afectados en sus intereses, se molestan, se ofenden cuando López Obrador los cuestiona o los descalifica, descubriéndolos como cómplices de la reacción y parte de la pandilla que ha desfalcado las finanzas nacionales como nunca había sucedido. Creen que el Presidente no tiene que responder, cuando la Carta Magna no dice nada al respecto.
Ignoran que la Constitución protege la libertad de expresión y que el Presidente de México no está exento de esta garantía, porque es uno más de los ciudadanos mexicanos, sólo que porta la investidura de Jefe del Ejecutivo.
¡Mienten los firmantes!
La libertad de expresión prevalece y no se condiciona, aunque tampoco debe confundirse con permitir el libertinaje de calumniar, difamar, difundir inmoralidad o perversión.
También hay límites que impone la misma Constitución en un país donde la democracia todavía está en etapa de madurez.
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx