*La justicia siempre llega. Tarde, pero llega. Lo que pasa es que, como es ciega, no sabe por dónde anda.
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Francisco Romero Serrano y Guillermo Aréchiga Santamaría, están en la sombra bajo la presunción de inocencia, que no se olvide.
Si son inocentes de diversos delitos arraigados a la corrupción, obtendrán su libertad, de lo contrario tendrán que pagar el pecado de sus excesos y abusos. Las investigaciones ya tienen un curso, no son improvisadas ni obedecen al capricho o la venganza.
Los “abogados” saltimbanquis, que lo mismo defienden el cielo, el purgatorio o el infierno, dependiendo con quien venden su alma, señalan con seguridad pasmosa que ambas detenciones son producto de una persecución política, justificando su aseveración a que fueron designados por el Gobernador Miguel Barbosa Huerta y que, como cayeron de su gracia, son objeto de su cruel venganza.
No sean tan ligeros en sus percepciones.
Cualquier persona que sea llamada al servicio público, es justamente eso: Servir, viéndolo desde la absoluta buena fe, sensatez y honestidad. Sin embargo, la burocracia se ha corrompido de tal manera que los cargos son utilizados para enriquecerse, robar, lavar dinero, fomentar el nepotismo y construir el conflicto de intereses. Es tan común que se entiende como una práctica recurrente y el que no lo hace simplemente es calificado de papanatas.
Como en todo, no hay que generalizar, hay excepciones.
Por supuesto que el gobernante tiene responsabilidad en la designación de funcionarios; como la tiene el Presidente de la República con su Gabinete; como el Papá con sus Cardenales y Obispos; como el pueblo mexicano en elegir a sus mandatarios que han defraudado; como los pillos que son dueños de medios de comunicación viéndose reflejados en contratar a reporteros o directores chantajistas, etcétera.
Hemos hablado reiteradamente de Francisco Romero Serrano, el Auditor auditado.
Igualmente de Guillermo Aréchiga Santamaría, el transportista transportado a chirona.
Que se use la ley sin desvíos para aplicar justicia, es lo menos que se espera.
Ambos tienen pasado priista, panista y morenista.
Aréchiga 33 años en el PRI; 7 en el PAN y 3 en MORENA. Un cúmulo de mañas.
Romero, siempre priista, jugó la doble carta con el panismo y jura que un día despertó morenista, lo que le llevó a ser designado por el Congreso en Auditor Superior del Estado.
POSDATA: ¿Cuál es la diferencia entre Francisco Romero Serrano y David Villanueva Lomelí?
Respuesta: El primero, acostumbra a jugar chueco y obtener dinero fácil, con la presunción y soberbia a cuestas; el segundo, jugó para el bando morenovallista sin fallar, también le gusta el dinero, cuidando la ostentación y ha contado con la protección de su suegro el ex Gobernador Melquiades Morales Flores.
David Villanueva Lomelí, fue Auditor Superior del Estado. Tiene residencia en Guadalajara, de donde es originario; gusta de pasear por Puebla, donde también tiene casa, sin temor a nada.