REFLEXIONES
Hoy, en Puebla, iniciarán las pláticas los dirigentes del PRI, PAN y PRD con miras a conformar una coalición que les permita enfrentar con éxito a MORENA y sus aliados en 2021, intentando arrebatarle gubernaturas, alcaldías, curules en los Estados y el botín más preciado: La mayoría de la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión.
De concretarse los acuerdos, aparentemente quedarían fuera odios, diferencias ideológicas y ambiciones personales.
Pero, ¿esto es nuevo?
Por supuesto que no. La diferencia estribaría en que se haría oficial, en lugar de acuerdos a escondidas.
Veamos: El beneficiario directo de las alianzas de facto PRI-PAN que se empezaron a tejer en 1989 fue Ernesto Ruffo Appel, el nacido en San Diego California que se convirtió en Gobernador de Baja California, siendo el primero en no militar en el poderoso Revolucionario Institucional.
Carlos Salinas de Gortari, fue el dedo divino de la política que obró el milagro.
Desde ese año, el PRI no ha vuelto a tener un mandatario en esa entidad.
Luego le tocó el turno a Carlos Medina Plascencia, quien perdió en 1991 la gubernatura de Guanajuato, pero la inconformidad llevada a los tribunales demostró que se habían utilizado cheques del erario para favorecer al priista Ramón Aguirre Velázquez, quien a punto de rendir protesta, fue obligado por Salinas a renunciar y permitir que el PAN se adueñara hasta del monumento al Pípila.
El escándalo mayúsculo obligó a que Medina rindiera protesta como interino, convocando a elecciones extraordinarias que ganó Vicente Fox en 1995, preparando el camino rumbo a la histórica elección del año 2000 que lo condujo a Los Pinos.
Ya en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, títere de Salinas, se consumó lo inimaginable: El PRI perdía la Presidencia de la República ante Vicente Fox Quesada y a pesar que se comprobó que la organización “Amigos de Fox”, dirigida por Lino Korrodi, utilizó financiamiento del extranjero y de otras fuentes oscuras, se anularon los reclamos. El mismo Korrodi aceptó públicamente la trampa y no se hizo nada.
Hay que destacar que en el año 2000 Vicente Fox representó a la “Alianza por el Cambio”, integrada por el Partido Acción Nacional, el Verde Ecologista de México y el apoyo de Porfirio Muñoz Ledo, candidato presidencial del extinto Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).
Sí, leyó usted bien, Porfirio Muñoz Ledo, el experimentado político amo de la ubicuidad, quien todavía anda peleando la dirigencia de MORENA, convirtiéndose en su principal detractor, no le hace que sea el Partido del Presidente.
OJO: Fue la primera vez en que el PAN y el foxismo utilizaron internet para realizar campaña política. Es decir, las redes ya funcionaron en ese sentido desde 1999.
El PRI avaló las trampas, como también lo hizo en 2006 con el fraude descarado del panismo y su candidato Felipe Calderón Hinojosa, quien resumiría su hazaña en una frase: “haiga sido, como haiga sido”, entregando en 2012 el poder a su benefactor priista en la figura de Enrique Peña Nieto.
Ese tipo de acuerdos aliancistas que nunca se firmaron oficialmente ante el IFE, ahora INE, se pactaban por debajo de la mesa.
En Puebla los orquestó el morenovallismo y su gran líder Rafael Moreno Valle Rosas, quien no sólo conformó su Partido Compromiso por Puebla, sino que compró conciencias y dignidades. Fue la danza de los millones y la promesa de entregar posiciones. Fue así que se unieron el PAN, PRD, PANAL, con la complicidad embozada de la cúpula priista, de dirigentes de sectores y la amenaza de Elba Esther Gordillo, como enviada del entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa, de entregar la plaza o atenerse a las consecuencias. La historia es sabida: No se persiguió a los jefes del priismo, sólo a uno que otro chivo expiatorio.
Lo mismo sucedió en la elección de 2013 por la Presidencia Municipal de Puebla, bajando los brazos el ex Rector de la BUAP Enrique Agüera, evitando problemas en lo sucesivo, pues había dejado pasar a José Antonio Gali Fayad, quien repetiría la dosis en 2016 a Blanca Alcalá Ruiz, ganando la gubernatura fácilmente.
En 2018, las traiciones abundaron nuevamente en el seno priista, a pesar de tener un buen candidato en Enrique Doger Guerrero, perdiendo desde antes de la elección, levantándose con el triunfo fraudulento Martha Erika Alonso Hidalgo. Fue Miguel Barbosa el hombre que se negó a rendirse, encontrando el triunfo en la elección extraordinaria de 2019, luego del trágico accidente que el destino marcó a Rafael Moreno Valle Rosas y su esposa el 24 de diciembre de 2018.
Yo, externé que rumbo a 2021 no era factible la alianza PAN-PRI.
Este miércoles, quizá, me habré equivocado.
Se me olvidaba que en política todo es posible, hasta lo más aberrante.
“Diga lo que digan”, diría el cantante divo de Linares, Raphael.
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx