No le bastó a la alianza “Fuerza y Corazón por México”, conformada por el PAN, PRI y PRD, la paliza que recibió de Morena y la cuarta transformación. Hoy, exigen voto por voto, casilla por casilla, lo que negaron en 2006 a Andrés Manuel López Obrador, a pesar del exiguo 0.56 por ciento con el que ganó Felipe Calderón Hinojosa.
El triunfo de Claudia Sheinbaum con 35 millones de votos que representan 32 puntos de diferencia sobre Xóchitl Gálvez, fue una bofetada a su soberbia, a su mezquindad que ahora exhiben sus militantes y simpatizantes en toda su magnitud.
En Puebla, algunos medios de comunicación que cobraban con Eduardo Rivera y Mario Riestra, enseñan su ruindad, demeritando la victoria de Alejandro Armenta con más de 2 millones de votos, argumentando que solamente votó el 64 por ciento del padrón electoral.
Tomen té de tila; no se enfermen.
Su mentalidad enana no alcanza a comprender que Sheinbaum es una presidenta legítima y que Armenta, en el gobierno de Puebla, es un gigante de la política con tintes de estadista.
Atypical del nefasto Carlos Alazraky y Latinus, enmudecieron.
Y sí habrá conteo del 60 por ciento de las casillas en el caso de la presidencia y del 70 en diputaciones y senadurías. Esta mañana inició; es por ley, pero no habrá cambios en los resultados, salvo, quizá, en aquellas elecciones impugnadas en que la distancia es mínima, principalmente en la lucha por alcaldías y curules del Congreso de la Unión.
Si alguna duda cabe, Lorenzo Córdova Vianello, quien fuera presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), ha destrabado todas las interrogantes, señalando que los recuentos son legales amparados por la Constitución, pero no habrá variables porque solamente se ratificará la voluntad de los mexicanos.
Y lo mismo hizo la actual titular del INE, Guadalupe Tadei.
POSDATA: La madriza electoral no apaciguó la envidia. Si tuvieran dignidad Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, renunciarían a sus liderazgos partidistas.
POSDATA 2: El voto escondido, el de los estudiantes, el de los pobres, el de la clase media, el de adultos mayores, fue para Morena, no así el de la clase media alta que quería el regreso del PRI, PAN y PRD, éste último casi con el registro perdido.
POSDATA 3: Entre mentiras y traiciones, prefiero hablar y escribir en mi soledad.
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