¿A quién sirve el mercenario y mentiroso Emilio Trinidad Zaldívar?
¿A Eduardo Rivera Pérez?
¿A Fernando Manzanilla Prieto?
¿A Ignacio Mier Velazco?
¿A Blanca Alcalá Ruiz?
¿Al PRI y al PAN?
¿A su ambición cínica que le exige obtener dinero de cualquier forma?
Adivinó usted: a todos los mencionados, advierten los que conocen al oriundo del otrora Distrito Federal, actualmente Ciudad de México.
Burócrata la mayor parte de su existencia, también se alquila como escribiente con facha de columnista. Ahora, le ha dado por denostar al candidato de la poderosa coalición “Seguimos Haciendo Historia”, Alejandro Armenta, poniendo en duda la limpieza de sus ingresos y recordándole su pasado priista que, por cierto, el senador con licencia nunca ha desconocido porque forma parte de su aprendizaje, seleccionando lo esencial y desechando lo que le hacía daño, integrando una carrera política brillante que lo tiene en la antesala de la gubernatura de Puebla.
Armenta, es un político completo que está en su momento pleno de madurez.
Ha trabajado durante 34 años; ha sido perseverante; lo acompaña el talento, ganando a pulso el respeto y apoyo de los poblanos.
Esto le disgusta a Trinidad Zaldívar, porque obedece a intereses perversos que le han hecho daño a Puebla. Otra vez se ha vendido al mejor postor, creyendo, además, que los egresados de la escuela de periodismo “Carlos Septién García” son dueños de la verdad, plumas intocables e impolutas. No dudo que haya egresados destacados, pero él no lo es.
Si es cierto lo que pondera en su libro “Charlando con mi Padre”, en honor de su papá Ángel José Trinidad Ferreira, enfatizando que nunca recibió dinero ni dádivas que pusieran en riesgo su integridad moral, a pesar de haber tratado a todos los presidentes de México, desde Adolfo Ruiz Cortines hasta Enrique Peña Nieto, él, Emilio, es el reverso de la moneda, dicen quienes lo han tratado.
Trinidad Ferreira, fue parte del PRI durante su vida que terminó a los 90 años y, en ese aspecto, fue congruente, no así su hijo Emilio, que lo mismo ha sido priista y lacayo del panismo de Rafael Moreno Valle Rosas; regresó al PRI de Blanca Alcalá Ruiz; pasó por Movimiento Ciudadano, en Oaxaca, al lado de Gabino Cué Monteagudo; defiende en la actualidad al PAN del inepto y corrupto miembro de la secta “El Yunque”, Eduardo Rivera Pérez.
Los hechos hablan: ligado siempre a Fernando Manzanilla, hoy, le canta baladas románticas a Eduardo Rivera, sin dejar de lisonjear a Blanca Alcalá.
POSDATA: Esto es algo de lo que ha escrito en honor de su protector: “Fernando Manzanilla, hábil y talentoso político y estratega que mucho aporta y aportará para beneficio de Puebla en los años por venir”.
¿Cuánto ha recibido de Manzanilla desde que lo acurrucó en el morenovallismo?
¿Cuánto sigue recibiendo de él?
¿Por qué no habla del acuerdo vergonzoso de su patrona Blanca Alcalá con Antonio Gali Fayad, entregando la gubernatura de Puebla?
¿De cuánto es el acuerdo que tiene en convenios con Eduardo Rivera Pérez?
Simple curiosidad de saber la cantidad por la que entregó su criterio a la derrota del toluqueño Rivera Pérez.
Por cierto, Emilio Trinidad Zaldívar es amigo íntimo del trinquetero Fernando Alberto Crisanto Campos, también entregado a la causa del yunquista “Lelo” Rivera, no sin antes fracasar en la aventura de Ignacio Mier.
Dios los cría y ellos se juntan.
Las piezas del rompecabezas van encajando.
POSDATA 2: Recuerdo que, durante la encuesta interna de Morena para definir al coordinador estatal de la cuarta transformación en Puebla, muchos medios de comunicación le jugaron a la doble y triple carta, aduciendo que sus periódicos, programas radiofónicos o portales, son empresas y de algo se tienen que mantener. ¡Pamplinas!
Primero son los intereses múltiples; no hay respeto. Hablar de lealtades o definiciones es algo que pocos conocen.
El brillo del billullo se impone.
La farsa y la traición pululan en el ambiente político y periodístico.
No hay secretos; todo se sabe.
La historia parece repetirse elección tras elección.
POSDATA 3: Aquellos, los oportunistas y falsarios, se volverán a equivocar. Las encuestas reales, serias, refieren que Alejandro Armenta aventaja por 26 puntos a Eduardo Rivera Pérez.
Los intentos de fraude del PAN y el PRI fracasarán.
El destino está escrito: ¡Armenta, ganará los comicios de gobernador!
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