Viene el tiempo del armentismo, estoy plenamente seguro, porque veo en Alejandro Armenta Mier a un político pleno, maduro, conciliador, institucional, respetuoso de la división de poderes y la legalidad; listo a enfrentar otro gran reto en Puebla, su Estado.
El reconocimiento bicameral de la clase política de todos los partidos y funcionarios de diferentes niveles, incluyendo a organismos autónomos, al trabajo de Armenta como presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, ha sido unánime, terminando su informe con un coro espontáneo de “¡gobernador, gobernador, gobernador!”, luego de que el líder de la Junta de Coordinación Política, Eduardo Ramírez, dijera: “se va a reanudar el trabajo legislativo y el senador Alejandro Armenta dice que va a regresar a su escaño; yo tengo mis dudas; sé que su tiempo lo va a dedicar para su Estado de Puebla, no tengo la menor duda de ello y le deseo mucho éxito”.
Escuchaban atentos la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, en representación del presidente Andrés Manuel López Obrador; Mario Delgado, dirigente nacional de Morena; la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez; el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, entre los asistentes.
Armenta, demostró, además, sus dotes brillantes de orador; cuidadoso en los conceptos, pero sencillo al hablar con claridad; sin rebuscamientos; aceptando que es invaluable el trabajo colectivo de senadores, diputados y personal administrativo; resaltando su alto sentido de servicio a México que bien vale sacrificios.
Si tengo que resumir lo que observé hoy en el Palacio de Xicoténcatl, con la efigie en alto de Belisario Domínguez, lo hago en tres brevísimos capítulos:
1.- Los principios y valores del senador Alejandro Armenta enraizados en su familia con su esposa Cecilia, sus hijos Alex, Ceci y Cristi; su papá Rafael, que lo veía con orgullo sin poder impedir que sus ojos derramaran lágrimas de emoción empañando sus lentes.
Quién respeta, cuida su hogar y a su familia como signo insustituible de la sociedad, es digno de confianza y consideración. Su cuna mixteca, de Izúcar a Acatzingo, se agiganta echando raíces por los 217 municipios de la entidad poblana donde es querido y aceptado.
2.- Su labor legislativa altamente productiva en propuestas, aprobación de leyes constitucionales, dando paso a iniciativas presidenciales con sujeción a la ley y la democracia, priorizando acuerdos y el diálogo dentro del respeto pleno a la libertad y diversidad de opiniones, enmarca el rumbo de la nación.
Fue enfático y contundente el presidente de la JUCOPO, Eduardo Ramírez, al hacer uso de la palabra: “El senador Armenta condujo su liderazgo en la Cámara con prudencia, paciencia y sabiduría, privilegiando el acuerdo parlamentario y resaltando su conocimiento. El resultado ha sido un gran rendimiento en la presidencia del senado”.
3.- La invitación de Alejandro Armenta a su informe, no excluyó a ninguna fracción política; tampoco a organismos autónomos ni funcionarios, lo que indica que es un político conciliador, respetuoso e institucional.
Su preparación política que alcanza los 34 años y la académica con maestría y doctorado en administración pública y ciencias políticas, resaltan su imagen y el esfuerzo que ha penetrado la conciencia de los poblanos que lo piden de candidato y gobernador.
El trabajo, talento y dedicación, crean los merecimientos, por encima de caprichos y ambiciones personales.
Vienen los tiempos del armentismo, para dolor de los envidiosos y estafadores que han hecho de la trampa su carta de presentación.
POSDATA: La secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, en su disertación durante el informe de actividades del senador Alejandro Armenta, celebró el fin de la tolerancia al enriquecimiento ilícito y el ejercicio abusivo de funciones del poder.
Los oídos seguramente le zumbaron al protector de delincuentes, Ignacio Mier Velazco
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