El presidente de Francia adelanta que propondrá nuevo pacto político y erradicar la corrupción en el país.
BEIRUT.- Decenas de personas siguen desaparecidas en Beirut tras las explosiones que causaron al menos 137 muertos y 5 mil heridos en la devastada capital libanesa, donde el presidente francés, Emmanuel Macron, pidió al gobierno “reformas indispensables” y un “nuevo pacto político” para evitar el “hundimiento” del país.
Tras realizar un recorrido por las calles de la destruida ciudad, en medio de los gritos de la multitud “¡Usted es nuestra única esperanza!”, el mandatario galo propuso realizar una investigación internacional de las explosiones, para conocer qué hacían en el puerto las 2 mil 700 toneladas de nitrato de amonio almacenado desde hace seis años sin ningún tipo de vigilancia especial.
Según medios rusos, el fertilizante fue confiscado en 2014 al empresario ruso Igor Grechushkin, que dejó el barco abandonado en la zona, tras una parada no programada en el Líbano.
Por el momento, 16 funcionarios del puerto y autoridades aduaneras fueron detenidos como parte de la investigación, afirmó el fiscal militar Fadi Akiki.
“Líbano no está solo”, escribió el dignatario galo en Twitter a su llegada a Beirut, donde fue recibido por el presidente Michel Aoun.
Macron, el primer jefe de Estado que visita la nación tras las explosiones, se dirigió primero al puerto y luego al barrio de Gemmayze, devastado por la tragedia y donde enfrentó a una multitud enojada con la clase política local, acusada de corrupción y negligencia.
“El pueblo quiere que caiga el régimen”, coreaban los habitantes. El presidente francés respondió que iba a proponer “un nuevo pacto político” y pedir a sus interlocutores, entre ellos principales responsables libaneses, “cambiar el sistema, terminar con las divisiones y luchar contra la corrupción”.
Macron dijo que Francia, quien ejerció un mandato sobre Líbano desde 1920 hasta la Segunda Guerra Mundial y conserva lazos profundos con el país, quiere “organizar la cooperación europea y más ampliamente la ayuda internacional”.
La Torre Eiffel de París apagó sus luces una hora antes de lo habitual para conmemorar a las víctimas de la explosión en Beirut.
Varios países ya han enviado socorristas y material para hacer frente a la emergencia después de la doble explosión. La Unión Europea anunció una ayuda de emergencia por 33 millones de euros.
La diáspora de Líbano, que casi triplica la población del pequeño país de 5 millones de habitantes, se ha movilizado para colaborar tras la explosión.
Los expatriados libaneses, la mayoría entre Estados Unidos y América Latina, se apresuraron a enviar dinero a sus seres queridos que perdieron sus hogares o resultaron heridos en la explosión del martes, mientras que otros crean fondos especiales para recaudar dinero que permita hacer frente a la tragedia. Agencias