Indudable que la marcha de hoy en favor del lopezobradorismo y de la llamada Cuarta Transformación fue multitudinaria, exitosa si se trata de mostrar su fuerza y lo que puede representar en futuras contiendas electorales.
La primera convocatoria del 27 de noviembre que hizo el Gobernador Miguel Barbosa Huerta, la hizo suya a nivel nacional el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, reagendando la de Puebla para el 4 de diciembre, encabezándola el mandatario poblano como figura principal, sin pasar desapercibida la alta popularidad del senador Alejandro Armenta Mier.
Sin embargo, la marcha tiene sus asegunes, entre ellos saber si todos los presentes en el “Gallito” hasta el zócalo, llegaron por convicción; si invirtieron sus propios recursos; si no se gastó dinero del erario y si no hubo amenazas de despedir a la gente de sus empleos en los municipios o negarles el apoyo social de no responder al llamado.
Es una simple pregunta.
Habría que agregar el por qué permitir que participaran discursos que evocaran la ideología de Mao Zedong, transliterado o significado como Mao Tse Tung o simplemente Mao en chino tradicional, quien fue un político, filósofo, intelectual, estratega militar, dictador y que desarrolló el culto a su personalidad.
No era necesario mencionar tácitamente el comunismo de Mao, que afirmaba que la obtención del poder político se hacía en base al fuego de la pistola.
Obviamente, esto emocionó a los viejos universitarios y a la ignorancia aparejada a la pobreza que no entiende de eso.
¿Por qué aparecer mantas con la doble AA de Alcohólicos Anónimos que, supuestamente, no profesan ideología alguna, más que intentar vivir “sólo por hoy”?
¿Para qué seguir hablando de que ya se erradicó la corrupción, cuando el sistema político sigue infestado?
¿Por qué continuar incentivando la confrontación que provoca división, hostilidad y desventura?
No es obligado tratar de convencer que la impunidad ya no existe, cuando no es verdad.
Hay hambre, inseguridad, faltan medicamentos, mueren personas con cáncer, la educación se arrastra agusanada, la inseguridad inunda las calles de sangre, el hambre y la pobreza laceran a millones, el salario es paupérrimo ante la inflación y el abuso de empresarios, las leyes se violentan en detrimento de la impartición de justicia. Son enfermedades que se heredaron de administraciones anteriores, pero, lamentablemente, no está excluida la actual.
No es con austeridad franciscana como se resuelven los problemas, si son pocos los que continúan concentrando la riqueza nacional y la mayoría sufre de manera inclemente.
Es difícil cambiar un régimen con una ilusa revolución de conciencias.
Es la lucha por el poder desde la existencia del hombre.
Ah, pero de que la marcha rompió expectativas ni duda cabe.
POSDATA: El único orador debió ser el Gobernador Miguel Barbosa Huerta.
POSDATA 2: ¿Es cierto que reporteros y fotógrafos fueron maltratados por guaruras?… Irónicamente, son los riesgos que se corren en un país de respeto y libertad.