TEMPORADA DE CHILES EN NOGADA

LAS SECRETAS INTENCIONES

Diario ABC Puebla

A poco más de doscientos días de la gestión de Alejandro Armenta como Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Puebla, se ha marcado un antes y un después en la vida pública de la entidad.

En estos siete meses de trabajo se ha registrado un hito histórico en la política local y en la vida cotidiana de quienes habitamos el sexto estado más importante del país.
Con humildad debo reconocer que, en mis más de cinco décadas de vida, jamás había visto a un titular del Poder Ejecutivo Estatal tomar un machete o una brocha para participar directamente en una faena comunitaria destinada a mejorar no sólo los espacios públicos, sino la calidad de vida de los ciudadanos.

La obra pública —tan propensa a la corrupción en administraciones conservadoras— se ha transformado en un instrumento de desarrollo que lleva prosperidad a los lugares más apartados del estado, en beneficio de los que menos tienen.

El respaldo a los 217 alcaldes, sin distinción partidista, demuestra que un gobierno sensible, centrado en quienes más lo necesitan, es posible cuando se rige bajo los principios del humanismo mexicano y la bioética social.

¿Por qué entonces surgen ataques y desinformación contra el gobierno estatal?
Desde mi perspectiva, existen quienes intentan desacreditar lo que no pueden alcanzar.
Durante décadas, los gobiernos del viejo régimen hicieron de la corrupción su sello distintivo. Hoy, esa práctica ha sido erradicada: desapareció la llamada “unión agraria” y con ella los negocios turbios; ya no se permiten acuerdos en lo oscurito ni se toleran los privilegios.

Esta política de honestidad ha incomodado a muchos, en particular a quienes lucraron durante años con los recursos públicos. El famoso “diezmo” (que en otros sexenios alcanzó hasta el 30% en moches por asignación de contratos) ha quedado en el olvido.

A través del programa de riqueza comunitaria, ahora los recursos llegan directamente a la población, la cual, mediante comités ciudadanos, decide en qué y cómo invertir.
Tampoco se cede ante presiones de grandes empresarios que antes imponían condiciones para beneficiarse a costa del interés público. El gobierno armentista trabaja para todas y todos.

Hoy por hoy, Puebla cuenta con un gobernador que prioriza el bienestar colectivo, que escucha, camina, gestiona y actúa con firmeza.
Más de dos millones de poblanos votamos por Alejandro Armenta, y seguimos apoyándolo por ser, sin duda, uno de los mejores gobernadores del país.

Es cierto, aún hay mucho por hacer —como avanzar en la transformación del Poder Judicial estatal— pero tenemos la certeza de que, bajo su liderazgo, nuestra amada Puebla alcanzará el lugar que merece en beneficio de toda la población.

Porque no todo lo que se dice es verdad. Los hechos, más que las palabras, son los que definen a los buenos gobiernos.

¿Hasta cuándo los resentidos y dolidos seguirán con sus campañas de desprestigio?
Lo cierto es que la historia pondrá a cada quien en su lugar y a Alejandro Armenta como el mejor gobernador que ha tenido Puebla.

Al tiempo…

Leave a comment