Entre quienes tienen como objetivo mejorar constantemente, hay diversos métodos que puedes poner en práctica para satisfacer nuestras metas de productividad. Para que esto funcione como esperamos, es importante encontrar los hábitos que más se adecuen a cada individuo y entre ellos podemos tomar como ejemplo a Elon Musk o Bill Gates.
Tanto Gates como Musk ponen en práctica “la regla de las cinco horas”, según Thomas Corley en su libro ‘Los hábitos de los ricos’, donde narra los hábitos más comunes de las personas más ricas y reconocidas del planeta.
Según lo narrado por Corley, esta rutina consiste en tomarte una hora al día, al menos cinco días a la semana, para el aprendizaje de nuevas habilidades que después podrás utilizar en tu campo de estudio o trabajo. Esto fomenta la curiosidad por emprender en nuevos campos de inversión y la curiosidad misma, la cual es utilizada por el fundador de Microsoft y el líder de Tesla. Bill Gates, en particular, es una persona que tilda de básico este aprendizaje, por lo cual está constantemente acompañado de libros.
Tres pilares fundamentales
La regla de las cinco horas está cimentada en tres pilares principales: la lectura, la reflexión y la experimentación. Aunque el primer pilar no está restringida solo a la lectura, esto también puede fundamentarse en otras vías de aprendizaje como podcasts, videos o documentales. Tomarse el tiempo de investigar y conocer sobre nuevos temas amplía nuestra perspectiva del mundo, en todos los sentidos.
Sin embargo, es importante la reflexión. Conviene siempre meditar y asimilar los conocimientos adquiridos para organizar nuestras ideas y encontrar nuevas formas de abordar los temas, nuevas preguntas y puntos de vista. Hay una frase que se le atribuye a dos grandes físicos (Albert Einstein y Richard Feynman), sin tener muy claro de quién es, pero que dice lo siguiente: “Si no puedes explicar algo de forma sencilla, es que no lo entiendes lo suficiente“.
Lo único seguro de la frase anterior es que Feynman era un gran expositor y profesor, quien alguna vez dijo (documentadamente): “Si no lo pudiera explicar a cualquier persona, no habría ganado el Premio Nobel“. De esa manera, podemos asegurar que para de verdad interiorizar algún tema, debemos poder transmitir nuestras ideas incluso a las personas que no están dentro del campo que nos interesa.
El tercer y último pilar es la experimentación. Poner en práctica lo que hemos aprendido es fundamental para todo tipo de ciencia, arte o deporte. Esto nos muestra qué tan bien podemos utilizar las herramientas que hemos adquirido, señalando las secciones o aprendizajes que debemos pulir. Hacer esto no solo mejora nuestra productividad, sino que nos vuelve más flexibles para aprender nuevas cosas.
Hacerse de un hábito
Para poner en práctica este hábito será necesario tener un buen esquema de trabajo con una buena planificación del tiempo. Siempre será conveniente realizarlo cuando aún tengamos energía, si es que el trabajo nos deja agotados para el final del día, quizás es mejor idea hacerlo antes de haber concluido nuestras actividades. El punto es que se adapte a tu ritmo de vida.
De igual forma, que sea un tema interesante para ti es fundamental. Te debes sentir motivado y dispuesto a aprenderlo. Quizás no sea la mejor idea comenzar a probar “la regla de las cinco horas” en un tema que sea elegido por obligación o como parte de tu trabajo. Recuerda que la curiosidad siempre será el mejor motor para el aprendizaje, y también recuerda que la sociedad de la productividad puede llevarnos al cansancio, como diría Byung-Chul Han.