TEMPORADA DE CHILES EN NOGADA

LA PANGA DE VALSEQUILLO: DE LA TRAGEDIA A LA CONECTIVIDAD

Diario ABC Puebla

Corría el mes de febrero de 1993, cuando quien esto escribe, con tan sólo 24 años de edad, se desempeñaba como Agente del Ministerio Público adscrito a la entonces Delegación Sur de la otrora Procuraduría General de Justicia del Estado.

En aquella época no existían agencias especializadas para delitos como homicidios o abusos sexuales. Los agentes del Ministerio Público atendíamos todo tipo de delitos y, en caso de flagrancia, poníamos a disposición de los jueces de defensa social a los presuntos responsables.

Por realizar diligencias de levantamiento de cadáveres, en la entonces PGR solían referirse a nosotros, con desdén, como “los levanta muertos”, al pertenecer al “fuero común y corriente”, según decían.

Recuerdo con claridad mi primer levantamiento de cadáver: un joven de alrededor de veinte años que se quitó la vida colgándose de un árbol en la Preparatoria Benito Juárez de la BUAP. Ese día, mi equipo –médico legista, práctico y demás colaboradores– me relató un hecho que los había marcado: el rescate de once cuerpos tras el hundimiento de una combi del servicio público en la laguna de Valsequillo.

Según lo narrado, el vehículo cayó al agua tras una mala maniobra al abordar la panga que cruzaba la presa. Una vez en el agua, el acceso fue bloqueado y los pasajeros no lograron salir. Murieron ahogados. Hombres, mujeres y niños fueron rescatados por elementos de la Cruz Roja Mexicana y trasladados para la necropsia. Todos presentaban signos avanzados de ahogamiento e hinchazón por los fluidos acumulados. Una escena dantesca que marcó a Puebla ese año.

Treinta y tres años después, el gobernador Alejandro Armenta ha iniciado la construcción del puente vehicular “La Panga”, que cruzará la presa de Valsequillo. Esta obra busca reducir el tiempo de traslado de los usuarios de la antigua embarcación –estimado en 25 minutos– a menos de dos minutos por carretera.

Municipios como Tzicatlacoyan, Huehuetlán el Grande, Xochitepec, San Martín Totoltepec, Teopatlán, San Juan Atzompa, entre otros, se verán beneficiados con esta nueva vía de comunicación, la cual impactará positivamente a más de un millón setecientas mil personas.

El puente representa un compromiso de infraestructura largamente postergado, que finalmente se concreta. Durante administraciones anteriores, el proyecto fue considerado inviable, pese a las demandas de las comunidades.

Más allá de los debates políticos, esta obra es una muestra de cómo la inversión en conectividad puede transformar vidas, especialmente en regiones históricamente marginadas. Con planeación, responsabilidad y visión de largo plazo, es posible dejar atrás décadas de rezago.

Así, “La Panga” de Valsequillo deja de ser sinónimo de tragedia para convertirse en símbolo de desarrollo.