Justicia de Brasil condena a 27 años de cárcel al expresidente Bolsonaro

Diario ABC Puebla

Que el expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023) sería condenado en el juicio que enfrentaba en el Supremo Tribunal Federal (STF), instancia máxima de la justicia en Brasil, era esperado por todos, para empezar por el ahora reo. Lo que nadie se arriesgaba a prever era el tamaño de la pena que le sería aplicada. Una cosa era cierta: sería lo suficiente elevada para alcanzar a encarcelarlo.

El juicio empezó el martes 8 de septiembre y la sentencia se esperaba para hoy. Pero ayer se juntó la mayoría necesaria para condenarlo y el fallo determinado fue de 27 años y tres meses, de los que 24 años y nueve meses deberán ser cumplidos en prisión a régimen cerrado.

Nunca antes en la historia de Brasil un ex presidente fue juzgado, condenado y mandado a la cárcel por el STF.

Hasta anoche no se sabía adónde sería conducido Bolsonaro, y si le sería permitido cumplir prisión domiciliaria. También se especulaba sobre la posibilidad de que se redujeran los 24 años y nueve meses de cárcel previstos.

El ultraderechista padece varias enfermedades, y por eso se conjeturaba sobre la posibilidad de que cumpla la pena en prisión domiciliaria.

Las otras posibilidades serían permanecer en una cárcel común, o –gracias a que es capitán retirado– ser conducido a alguna instalación militar. El ejército, sin embargo, filtró a los medios de comunicación que no está dispuesto a recibirlo en ninguna de sus instalaciones.

Bolsonaro fue juzgado y condenado por haber incitado a un golpe de Estado para impedir que su adversario en las elecciones de 2020, Luiz Inácio Lula da Silva, asumiera el puesto para el cual fue elegido por un estrecho, pero incuestionable, margen de votos (51 por ciento para Lula contra 49 por ciento de los sufragios para Bolsonaro).

Para eso movilizó multitudes en actos callejeros, muchos de ellos plagados de violencia, trató de movilizar a las fuerzas militares –no lo logró porque el ejército y la aeronáutica se negaron a sumarse al entonces comandante de la marina– en un movimiento igualmente inédito en la historia de la república en Brasil.

Otros de los cargos que se le imputaron fueron organización criminal armada, intento de abolición violenta del estado de derecho, daños calificados por violencia y amenaza grave y deterioro del patrimonio histórico.

Sometido a una serie de medidas restrictivas por el presidente del STF, Alexandre de Moraes, Bolsonaro dejó de cumplir varias de ellas. Por eso fue puesto en prisión domiciliaria y sujeto a una intensa vigilancia policial.

Tras conocerse la sentencia, Celso Vilardi y Paulo da Cunha Bueno, abogados defensores de Bolsonaro anunciaron que impugnarán y agotarán todas las vías, incluidos organismos internacionales.

Otra duda que ahora flota sobre Brasil es cuál será la reacción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El mandatario estadunidense declaró hace algunas semanas que estaba siguiendo muy de cerca “la persecución al ex presidente Jair Bolsonaro”, e impuso una serie de restricciones al comercio con Brasil. Tales medidas se tradujeron esencialmente en tasar de manera contundente las exportaciones de Brasil al mercado de Estados Unidos.

Además, canceló las visas de casi todos los integrantes del STF, y a De Moraes le impuso la Ley Magnitsky –originalmente destinada a terroristas y contrabandistas– impidiendo que movilice eventuales cuentas que tenga en bancos de Estados Unidos y hasta tarjetas de crédito, como Visa y Mastercard.

Ahora se esperan nuevas medidas de Trump no sólo contra integrantes del STF, sino al comercio entre los dos países.

El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente, señaló a Reuters que espera sanciones adicionales de Washington contra funcionarios brasileños tras la condena de su padre en referencia a la Ley Magnitsky.

“Si estos jueces del Supremo continúan siguiendo a De Moraes, también corren el riesgo de enfrentar la misma sanción”, amenazó, y en redes sociales abogó por una amnistía para su padre, que busca a través del Congreso.

El senador Flavio Bolsonaro, primogénito del ex mandatario, adelantó que “no aceptarán” la condena y lucharán “hasta el fin”.

Con información de La Jornada

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