Por: Rodrigo Santamaría
El escenario visto en el Salón Country de la colonia San Manuel de la capital poblana, la tarde de este día, refleja lo que vive el Partido MORENA: División, mentadas de madre, ambiciones, reclamos y traiciones, producto de la imposición de candidatos a Diputados y Presidentes Municipales, empezando por la impresentable Claudia Rivera Vivanco, a quien le gritaron “fuera, fuera, fuera”, mientras el dirigente nacional, Mario Delgado, tuvo que tragarse el calificativo de traidor que entonaron cientos de militantes.
El Country recibió a 4 mil morenistas, es el cálculo hecho por los que saben de logística.
No hubo control.
Tampoco se respetaron las medidas sanitarias. Muchos acudieron sin cubrebocas, no había gel, pero sí un desorden.
Antes no terminó todo esto en una batalla campal.
Mario Delgado, tiene la responsabilidad de responder por lo que ha hecho con las candidaturas con su grupo que ha querido apoderarse de MORENA con vistas a la elección de 2024, sin importarle el resultado del próximo 6 de junio.
Claudia Rivera, aparte de inepta, no ha sorteado impugnaciones por su tramposa designación.
Esto no ha terminado.
Lo visto esta tarde, presagia nada bueno para el Movimiento de Regeneración Nacional que, como Partido, está muy alejado de lo que prometió y de las expectativas que abrió entre la sociedad. Aquí, en Puebla, como en otros Estados, el vaticinio es de fracaso. La imposición de candidatos de manera burda, descarada, traerá consecuencias.
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