El presidente interino de Venezuela llama a mantener la presión en las calles con una gran manifestación la semana que viene
Baraja una amnistía para Nicolás Maduro y anuncia medidas para quitarle fondos al Gobierno
Crisis en Venezuela: el opositor Juan Guaidó se autoproclama “presidente encargado” del país
Maduro responde a Borrell: “Si quieren elecciones que las hagan en España”
Juan Guaidó no quiere perder la iniciativa, recuperada por la oposición tras una larga travesía por el más inhóspito de los desiertos políticos. El presidente encargado de Venezuela redobló ayer su desafío contra Nicolás Maduro, al convocar una segunda marcha nacional para la semana que viene, además de mantener la mano tendida a militares, policías y funcionarios chavistas.
En un guiño político que ha descolocado incluso a parte de sus seguidores, el jefe del Legislativo sostuvo que hasta el propio “hijo de Chávez” se puede beneficiar de la Ley de Amnistía, que avanza a pasos agigantados en el Parlamento. La “luna de miel” que Guaidó mantiene con el pueblo opositor le mantiene, de momento, alejado de las críticas.
“Nos despertamos de la pesadilla”, clamó ante cientos de personas en su reaparición pública tras la juramentación del miércoles. “En Miraflores creen que este movimiento se va a desinflar, los que usurpan los círculos de poder creen que nos vamos a cansar. Aquí hay gente en la calle para rato, hasta que logremos la libertad, el cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, se jactó Guaidó para subir la temperatura y dejar muy claro que no piensa dar ni un paso atrás.
La oposición anunciará mañana cuál día de la semana que viene saldrá a la calle por segunda vez. En la concentración de hace tres días una marea humana rompió anteriores récords para dejar muy claro que el apoyo popular ha retornado a la causa opositora.
Su nuevo liderazgo ya ha cumplido los tres primeros puntos de su hoja de ruta(mantener la presión internacional, unir a la oposición y recuperar el apoyo popular). Ahora falta el más difícil, seducir a las Fuerzas Armadas: “Hermanos, es con ustedes, llegó el momento de ponerse del lado de la Constitución. Llegó el momento de respetar al pueblo de Venezuela”.
Los reiterados cantos de sirena al Ejército ya han provocado los primeros diálogos entre ambas partes, según adelantó EL MUNDO. Para seguir avanzando es necesario, según los consejeros de la oposición, apartar uno de los principales obstáculos. “Es hora de que salga Cuba de las Fuerzas Armadas, es hora de que salgan los cubanos y se retiren de los puestos de decisiones”, reclamó el presidente del Parlamento.
La oposición ha propuesto a sus seguidores que mañana impulsen el proyecto de amnistía acercándose a los militares por las calles del país “a extenderles la mano”. “Le quiero decir algo a todos los funcionarios: aquí se protege a la gente. Todo aquel funcionario que quiera ponerse del lado de la Constitución, que quiera el cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, pues será bienvenido”, insistió.
Presión para los militares y presión también para la UE, pese al ultimátum de ocho días que Bruselas ha dado a Maduro. La respuesta del líder revolucionario se dirigió directamente contra las “declaraciones insolentes” del ministro Josep Borrell y su “lengua destemplada”. “Nos plantamos frente a España, ante su racismo, ante su discriminación”, arengó el presidente de facto, casi un año después de expulsar al embajador español y readmitirlo meses después. La revolución suele recuperar los acontecimientos sucedidos hace siglos para responder al gobierno de Madrid, que hasta ahora ha medido cada uno de sus pasos.
El jefe del estado volvió a agradecer a sus aliados Rusia, China y Turquía su “apoyo decidido”. Maduro ha reforzado su seguridad con contratistas militares privados que realizan misiones secretas para Rusia, cuando siempre estuvo rodeado de militares venezolanos y cubanos. Una medida que ha causado extrañeza entre quienes dudan del absoluto respaldo de los militares al gobierno bolivariano.
“Tenemos una Fuerza Armada Bolivariana en el más alto nivel profesional para defender la soberanía, la independencia y la Constitución. ¡Prepárense para defenderla!”, aseguró el jefe bolivariano. Maduro no sólo arengó a sus generales, también lo hizo con el pueblo chavista, que en los últimos días le han dejado en una llamativa soledad. “Hago un llamado a la rebelión popular contra el golpe de estado. Calle y más calle, democracia y más democracia, paz y más paz. Estaremos en paz pero siempre preparados“, clamó.
La concentración oficialista del miércoles pasado sólo logró reunir a unos miles de seguidores, pese a que empleados públicos y beneficiados del carnet de la patria fueron trasladados y recompensados por hacerlo. En la vigilia convocada para esa misma noche en torno al Palacio de Miraflores, nadie acudió.
“Guaidó es un agente del gobierno de los EEUU en Venezuela, lo formaron como agente y lo metieron en la política. No tiene capacidad autónoma de pensar y decidir“, acusó el “hijo de Chávez”, que en sólo dos semanas ha cambiado su parecer respecto al líder opositor, ya que antes le trataba de muchacho “bobo”.
Lo que más molesta al presidente “usurpador” es que por primera vez en el tablero venezolano la iniciativa la llevan otros, en este caso el Parlamento. Y que buena parte de la culpa la tiene la revolución por su incapacidad de frenar el constante descalabro socio-económico que sufre el país con mayores reservas petroleras del planeta, las mayores en oro de todo el continente y las segundas en gas.
El despliegue del antichavismo no sólo es popular, también es económico. Y también consigue victorias muy sonoras: el Banco de Inglaterra habría decidido negar la retirada de oro equivalente a 1.200 millones de dólares, solicitada por Caracas. Según Bloomberg, se trataría del primer congelamiento de activos solicitado por el Parlamento.
Entre los expertos económicos de la oposición existían muchas dudas acerca de esta iniciativa, pese a que el Departamento del Tesoro de EEUU ejerció como mediador. Reforzado así por los apoyos internacionales, el equipo de Guaidó ha profundizado su ofensiva en las áreas más sensibles para el gobierno de Maduro. La segunda estocada sería la elección de los nuevos directivos del petróleo, tanto de PDVSA como de Citgo, su filial en EEUU, que cuenta con más de 6.000 gasolineras en aquel país.
Los colaboradores de Guaidó también confirmaron que se propone nombrar un nuevo representante de Venezuela ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), institución que lo reconoció como presidente encargado del país, para conseguir financiamiento. “Tanto en Citgo como en el BID vendrá el momento. Al BID podríamos mandar un delegado en el corto plazo. Probablemente ahí podemos encontrar fondos para el Plan País”, concretó el presidente encargado ante una multitud en la plaza Bolívar de Chacao. El Plan País contempla una inversión millonaria que llegaría desde el exterior, una especie de Plan Marshall para levantar al país.
Otro de los objetivos que se han marcado en la Asamblea Nacional es el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que se piensa acudir para financiar el gobierno provisional que en estos momentos teje el líder opositor con sus aliados del Frente Amplio Venezuela Libre.