Gobernanza ambiental, agua y convivencia social 

Diario ABC Puebla

El agua es el centro de la crisis climática porque el número y la duración de las sequías aumentaron 29% en los últimos 23 años, según el Atlas Mundial de la Sequía de la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD) 2024. Después de la seguridad pública, no hay mayores riesgos de ruptura de la civilidad y la gobernanza que la falta de agua y alimentos. 

De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el almacenamiento de agua terrestre ha disminuido a una velocidad de 1 centímetro por año, con consecuencias importantes en acceso a este recurso para dos mil millones de personas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) 2024. 

El agotamiento de pozos y manantiales, la baja captación de las presas, las dificultades para atender a la población, las sequías recurrentes, el incremento de los desastres naturales ligados al agua, el reducido tratamiento de aguas residuales, la contaminación de ríos con aguas negras y residuos sólidos, la reducción de la pesca ribereña junto a la ausencia de una cultura de manejo y cuidado del agua, son parte de una problemática que afecta a familias, usuarios,  comunidades, regiones y países que comparten cuencas. 

Este fin de semana, el Colegio de Puebla, siguiendo la indicación de vinculación académica con la sociedad, que promueve el gobernador del estado, Alejandro Armenta, realizó el coloquio Gobernanza Ambiental, con el objetivo de escuchar propuestas de la comunidad científica, así como de líderes sociales y emprendedores. 

En este sector, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, promovió el Acuerdo Nacional por el Agua como marco del Plan Nacional Hídrico (PNH) 2024-2030, con una inversión programada de 64 mil millones de pesos (MMDP) a fin de recuperar la seguridad hídrica de los mexicanos.  

El PNH 2024-2030 resalta que 35 millones de mexicanos no tienen abasto adecuado de agua; 104 de las 757 cuencas, tienen problemas de disponibilidad; y 114 de los 653 acuíferos existentes en el país, están afectados por la sobreexplotación; se extrae más agua de la que se recarga anualmente. Hay una gran proporción de aguas residuales sin tratar por falta o inoperancia de infraestructura, descargando a ríos; y, la recarga de acuíferos es notoriamente insuficiente.    

En las últimas dos décadas, el agua disponible por cada mexicano disminuyó en más de 39%. En el libro Agua para el Desarrollo 2004 anotamos que: “el agua es la base de la vida y de todas las actividades del ser humano. Es el factor fundamental del desarrollo económico y social de las comunidades. Su abastecimiento ya es una de las más grandes preocupaciones de los ciudadanos y gobiernos, especialmente en aquellos lugares donde el crecimiento poblacional, la deforestación, la erosión y la contaminación han aumentado”.   

En Puebla, siguiendo la política de la presidenta de la república y en coordinación con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el gobernador, Alejandro Armenta, impulsa políticas y acciones para fortalecer el derecho humano de acceso al agua y el saneamiento. 

La problemática hídrica de Puebla, con 6 millones 583 mil 278 habitantes, no es distinta a la del resto del país. Existen 7 regiones hidrológicas, 17 ríos, 14 acuíferos y 11 cuerpos de agua, con una capacidad de almacenamiento de 410 millones de metros cúbicos. Hay 4 mil 443 puntos de extracción de agua de los cuales, el 67% son pozos mayores de 30 metros, 26% pozos menores a 30 metros, 6% galerías filtrantes y 1% manantiales.  

De acuerdo con los permisos de descarga, en Puebla se generan 1.067 millones de metros cúbicos de aguas residuales por día. Se cuenta con 463 plantas de tratamiento y solo 83 en operación.  Entre los principales problemas del agua está el agotamiento de pozos y manantiales, la deforestación, la baja tecnificación del riego, el alto costo de bombeo, la reducida infraestructura de tratamiento de aguas residuales, el escaso reúso del agua, la baja inversión hídrica en los últimos 10 años y la ausencia de una cultura de cuidado del agua.  

Para atender lo anterior, las Secretarías de Infraestructura, Medio Ambiente, Bienestar, Ciencia y Tecnología, Agricultura y Desarrollo Rural, Educación Pública, Universidades e Institutos Tecnológicos, Finanzas, Agencia de Energía, Capital de la Tecnología y Sostenibilidad y, la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS), se han integrado en torno al Plan Estatal Hídrico y al Programa Institucional de Agua y Saneamiento 2024-2030.  

Estos instrumentos de política hídrica del Gobierno del Estado de Puebla priorizan el abasto suficiente de agua potable, tratamiento y reúso de aguas residuales con plantas de tratamiento para grandes volúmenes, humedales para volúmenes intermedios de aguas municipales y biodigestores para comunidades sin drenaje. Se impulsa el bombeo con paneles solares, la recarga natural de acuíferos vía reforestación tradicional y por semilla usando drones.  

También la recarga artificial a través de prácticas de manejo de cuencas para captar o retener el agua en las partes altas, jagüeyes para uso productivo, pozos de absorción e infiltración para control de inundaciones y roturación de tierras para maximizar la absorción de la lluvia mejorar la productividad y recargar acuíferos en zonas agrícolas. Se promueve la Nueva Cultura del Agua. 

Alineados a la política nacional hídrica, se trabaja con la integración de los Planes Municipales de Infraestructura Hídrica en los programas presidenciales: Saneamiento de Río Atoyac (22 municipios), Programa Lázaro Cárdenas en la Mixteca Poblana (SADER) en 25 municipios, Programa Lázaro Cárdenas Atoyac (CONAGUA) en 108 municipios y en el resto del estado, en 61 municipios). 

Leave a comment