*DR. JULIÁN GERMÁN MOLINA CARRILLO.
Dentro de los escándalos que a lo largo de 3 años de gobierno del presidente López Obrador, han sido denunciados por los medios de comunicación y han puesto en tela de juicio sus postulados del combate a la corrupción, el fin de la impunidad y que sus administración es distinta de las que gobernaron el país en el período neoliberal, destaca la filtración de una conversación telefónica entre el fiscal general de la república, Alejandro Gertz Manero con uno de sus funcionarios, donde evidencia el uso de la fiscalía como un instrumento para venganzas personales como ocurrió con un asunto que ya había sido desechado con antelación en otros momentos por la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México y que fue revivida al asumir la fiscalía Gertz, en una denuncia contra dos mujeres mayores, a quienes acusó como responsables de la muerte de su hermano Federico, es decir a quién fuera la pareja del difunto y a su hija ambas hoy presas, desde que Gertz logró que la fiscalía capitalina y los jueces se sometieran a sus órdenes, en un claro caso de tráfico de influencias.
Además de este asunto, se han documentado otros señalamientos contra el fiscal, como el robo de publicaciones que presentó como propias para sus credenciales como investigador, lo que motivó que promoviera un procedimiento especial para asaltar el Sistema Nacional de Investigadores y le fuera reconocido el máximo nivel. Su cuantiosa fortuna , propiedades de inmuebles y colección de vehículos que trató de ocultar. El engaño al presidente al entregar un cheque por dos mil millones de pesos que sería destinado para el Instituto para devolver al pueblo lo robado y que nunca pudo ser cobrado. El caso de su participación en el conflicto de la Universidad de las Américas, dónde salió a la luz un conflicto de intereses por su participación como abogado de los fundadores. Todos estos señalamientos, han dañado la calidad moral, prestigio, confiabilidad y honestidad del fiscal, que han sido defendidas por el presidente López Obrador que declaró en una de sus conferencias mañaneras: “Le tengo confianza al fiscal Alejandro Gertz Manero, lo considero una gente Integra e incapaz de fabricar delitos” Con lo que le otorgó un blindaje que lo protege de cualquier crítica o procedimiento en su contra, qué de darse, entraría al terreno del golpismo y conspiración contra el gobierno federal; y el último escándalo donde se ha vuelto a involucrar al fiscal, son las declaraciones y denuncias en su contra que ha hecho el ex consejero jurídico de la Presidencia de la República Julio Scherer Ibarra por su intervención en diversos asuntos de gran importancia para el gobierno; así las cosas, ante la decisión que deberá tomar el pleno de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación en los próximos días, para condenar o liberar a la cuñada del fiscal y su hija acusada del homicidio del hermano del fiscal, seremos testigos de la correlación de fuerzas con los votos a favor o en contra del proyecto del Ministro Ortiz Mena, que otorgaría la libertad a las procesadas, pero más allá del sentido de la votación, está en juego la autonomía del máximo tribunal del país, en un caso donde se sabrá que Ministros o ministras obedecen a las ordenes del fiscal y quienes siguen actuando en forma independiente, buscando preservar la autonomía de la Corte, cuya imagen puede ser afectada por los intereses y lucha política entre los funcionarios del gobierno federal, ante la actitud del Presidente de voltear hacia otro lado, cuando se le pregunta del tema
*Director general del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.