La convocatoria para la suspensión del servicio de transporte público en Puebla resultó un fracaso; las actividades se realizaron con normalidad; los transportistas dieron marcha atrás a su intento de paralizar a la ciudad y de correr el riesgo de ser sancionados económicamente, incluso llegar a la cancelación de concesiones.
Aunque, Delfino Reyes Bocardo, uno de los líderes de los transportistas, se defendió, diciendo: “Lleva el gobierno 2 años dando distractores a los problemas tanto del Estado como de la capital”, lo cual obliga a la reflexión.
Recurrir a las medias verdades, no es lo más sano, ni lo más conveniente para que los transportistas logren su objetivo de que se actualice la tarifa del pasaje de 8 pesos a 19 pesos, lo que resulta una demanda excesiva y abusiva.
Delfino Reyes, señaló algo muy cierto, prevalece un clima de inseguridad y los pavimentos están deteriorados, la ciudad está hecha pedazos, y argumenta que el Gobierno ha utilizado como distractor el alza al pasaje, lo que tampoco es verdad.
Fueron los irresponsables exalcaldes de Eduardo Rivera Pérez y Adán Domínguez, los que dejaron a la ciudad de Puebla sumida en el desorden, clima de inseguridad, pavimentos destrozados, deficiente alumbrado público, abusos en el cobro de parquímetros, excesos en el pago de uso de suelo, proliferación de prostitución en las calles y parques, y muchos otros males, pero eso nada tiene que ver con que los transportistas quieran que se aumente la tarifa del pasaje, sin que ellos hayan cumplido con su promesa de modernizar el servicio que se resume en mejores unidades, mejor trato al usuario y que se garantice al usuario que aborda un transporte seguro.
El gobierno estatal, al menos por lo que toca a los períodos de Miguel Barbosa (difunto) y al actual Sergio Salomón, que dejará el cargo en próximos días, han sido más que tolerantes. Si hubieran querido, con tan solo aplicar la Ley del Transporte, ya habrían sido suspendidos muchas concesiones.
Así que el pedir un aumento al pasaje, tiene no solo de resolver aparentemente un problema económico de los transportistas, sino que el fondo tiene otro objetivo, poner en una encrucijada al gobierno que sale y al gobierno que entra, y que curiosamente son morenistas.
¿Qué políticos o empresarios saldrían beneficiados con crear un ambiente de inestabilidad social?.
En el 2027, habrá elecciones, y hay quienes sueñan con retornar al poder, y están apostados a seguir creando conflictos, ya sea desde adentro del gobierno o desde afuera.
Libre Expresión / José Antonio Cuéllar M