Más de una veintena de países europeos respaldaron el martes un plan para aumentar el uso de hidrógeno como una alternativa a los combustibles fósiles y con ello reducir las emisiones de dióxido de carbono del continente.
Funcionarios de Energía de 25 naciones se comprometieron a estudiar más las tecnologías que emplean hidrógeno y acelerar su uso diario para proveer energía a fábricas, automóviles y casas.
La propuesta, que se incluyó en un acuerdo no vinculante firmado en Linz, Austria, contiene la idea de utilizar redes de gas existentes para distribuir hidrógeno producido con energías renovables.
El concepto de una “economía de hidrógeno”, en la que los combustibles que liberan gases de efecto invernadero son reemplazados por hidrógeno, ha rondado durante décadas. Sin embargo, la aceptación del concepto ha sido hasta ahora un proceso lento, en comparación con el que han tenido otras tecnologías.
Los partidarios del hidrógeno dijeron que puede resolver el problema ocasionado por los suministros inestables de energía eólica, solar, hidroeléctrica y otras energías renovables. Al convertir la energía generada de esas fuentes a hidrógeno, puede almacenarse en depósitos grandes y ser liberada cuando se requiera.
Los vehículos eléctricos también pueden utilizar hidrógeno para generar energía, lo que permitiría que los fabricantes superen la serie de restricciones que tienen las baterías. Los vehículos que se alimenten de hidrógeno pueden ser recargados en una fracción del tiempo que toma recargar un vehículo de baterías.
El lunes, el primer prototipo de tren que funciona con hidrógeno comenzó a operar en el norte de Alemania.
Miguel Arias Cañete, comisario de Energía y Clima de la Unión Europea, dijo que el hidrógeno puede ayudar a que el bloque cumpla con sus obligaciones de reducir las emisiones de dióxido de carbono establecidas en el acuerdo de París de 2015.
Cañete comentó a los reporteros que también podría contribuir a la seguridad energética del continente, debido a que reduciría las importaciones de gas natural, el cual proviene principalmente de Rusia y de países fuera de Europa.
Kirsten Westphal, experta en energía del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, señaló que estimular el uso de hidrógeno como un medio para almacenar y transportar energía tiene sentido, pero agregó que el objetivo principal debería ser reducir los combustibles fósiles en lugar de impulsar una alternativa.