Si Miguel Barbosa Huerta, quiere salir sin problemas con un aumento a la tarifa del transporte público para personas ante la presión de concesionarios y evitar ganarse la crítica de los poblanos, tendrá antes que nada, constatar la mejora del servicio, ya que como se dijo la vez anterior en este espacio, para que se termine en cuento de nunca acabar con los dueños del pulpo transportista.
Es fácil que digan que van a cambiar unidades, que van a educar a los conductores, instalar botones de pánico, cámaras de video, así como someterse a que se regulen las rutas y otra, que una vez obtenido el incremento de un peso o uno cincuenta, se hagan guajes.
Barbosa, está muy comprometido con la ciudadanía a la cuál durante su campaña política le garantizó que iba a cuidarla.
De promesas ya está cansada.
Fueron ocho años del morenovallismo y galicismo, en que sufrió los embates del robo, saqueo y corrupción.
Todavía en muchos lugares están los vestigios.
Por recomendación, hay maestros pensionados sin haber pisado una aula, quienes reciben mensualmente su dinero, mientras los que si trabajaron, les costó años para lograr este beneficio.
Basta que en la SEP, su titular, Melitón Lozano, pida informes de quienes han sido pensionados sin haber dado clases y encontrará verdaderas sorpresas.
Bueno, si realmente quiere limpiar la asquerosidad que hay al respecto.
Desgraciadamente, la corrupción está en muchos sitios.
En el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH), hace un año, los padres de familia de la secundaria denunciaron un desfalco económico del Comité de Padres y el director de la escuela, Arturo Landero León.
Según hubo investigación por parte de la SEP y se nombró nueva mesa directiva.
¿Qué pasó?
De pronto, todo se olvidó.
Ahora, Landero León, está en la dirección de administración del mismo plantel.
Desde ahí, controla a auxiliares de vigilancia, que gozan de todas las canonjías.
A pesar de todo, él sigue ahí.
Tal es el caso, de secretarias y un gran número de personal en oficinas del gobierno del estado, que igualmente por recomendación de panistas en la era morenovallista, fue colocado con altos sueldos en la nómina de confianza.
Durante los seis años de la administración de Rafael, toda esa gente se hizo de casas, coches y cuentas en el banco, incluso en los 22 meses que duró José Antoni Gali Fayad.
Pues es la misma que sigue en sus puestos.
Hay que saber si trabajan y los sueldos que siguen teniendo.
Mucho tiene que hacer Barbosa para acabar con todo esto.
Para ello, que su gabinete lo apoye.
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