Es un cuento de nunca acabar.
Cada vez que los dueños del pulpo camionero piden un incremento a la tarifa del servicio público para personas, prometen que “ahora sí”, van a mejorar sus unidades.
Esto, lo han visto los usuarios desde gobiernos pasados tanto del PRI, como del PAN en esta capital e interior del estado.
Más la realidad, es otra.
Combis que ya no deberían permitirse por funcionar como latas de sardinas.
Las micros, en las mismas condiciones, conducidas a exceso de velocidad.
Autobuses destartalados, con asientos rotos, sucios.
Conductores mal educados, con música escandalosa, fumando y platicando con sus “cuates” o novias, con vocabulario nada propio.
Difícilmente, son atentos con personas discapacitadas.
Los accidentes que provocan con personas lesionadas y hasta muertas, es seguido.
El pasaje es víctima de atracos por inseguridad, a falta de botones de pánico, cámaras con videos y la nula vigilancia de elementos de seguridad pública.
Los permisionarios, no viajan en el transporte público, tienen sus vehículos de lujo.
Los hay dueños de flotillas, hasta ex funcionarios de gobiernos pasados a través de prestanombres.
Ahora, con el gobierno de Miguel Barbosa Huerta, se habla de que van a obtener un aumento de dos pesos con cincuenta centavos, para que cada persona pague ocho pesos con cincuenta centavos.
Se calcula sea un aumento del 47 por ciento.
Aún así, les parece poco a los dueños de este pulpo camionero, ya que su ambición era elevar la tarifa a 10 pesos.
Si bien, el incremento de que se habla ha sido analizado por la nueva administración, si va a impactar en la economía de las familias, pues el transporte lo usa tanto el jefe de las mismas para trasladarse a su trabajo, la ama de casa al mercado o dejar a los hijos a la escuela, por lo que cada una tendrá que desembolsar dos pesos con cincuenta centavos más por cada pasaje.
Hay familias que usan el transporte cinco y hasta diez veces al día.
Es importante, que el gobierno barbosista, informe en que se basa para autorizar este aumento, bajo que condiciones.
Qué garantías hay de que los concesionarios cumplan con mejorar el servicio.
En qué tiempo, si es que hay un plazo en el acuerdo.
Asimismo, si habrá revisión periódica de las unidades, para permitir su circulación solo las que estén en buenas condiciones y sacar las que ya son chatarra.
Exigir cursos a conductores sobre el trato a personas, siendo una obligación portar uniformes que les aporten los permisionarios, sobre todo, que haya una limpieza permanente de las unidades.
Revisar y llevar a cabo una distribución de rutas, ya que en la actualidad es un verdadero desbarajuste.
Esto, en base a un estudio técnico sobre las necesidades de los usuarios.
Como dice el dicho: quieren su celeste, que les cueste.
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