REFLEXIONES
(Periodismo con Historia)
Por: Miguel Ángel García Muñoz
Durante el gobierno de Mariano Piña Olaya, el coordinador de asesores, catalogado como el vicegobernador Alberto Jiménez Morales, pues muchas veces hizo gala del poder tras el trono, fue bautizado como el “Rasputín de la Sierra”. Parecía que era la voz al oído del guerrerense, que se dijo nacido en Champusco, manejando con astucia la intriga palaciega para bloquear o destruir a los que consideraba sus enemigos o los creía peligrosos a sus envidias y ambiciones.
No exagero ni miento.
Hay muchas historias al respecto que las sabe bien su hijo Alberto Jiménez Arroyo, ex director de Comunicación Social en el sexenio de la ignominia (1987-1993). Algunas de ellas las he contado en mis Reflexiones sin nunca haber sido desmentido.
Hoy, retirado en su residencia de Huauchinango, Alberto Jiménez Morales, todavía ha de recordar sus días de gloria y muchas de las infamias que cometió, entre ellas contra el periódico ABC y su director, mi padre Ángel García López, a quien Piña Olaya había elegido como uno de sus consejeros.
Han pasado muchos años de aquello, pero la historia no se borra ni la memoria es tan corta como muchos suponen. Han surgido docenas de políticos con los genes de la maldad, dos de los más recientes en Puebla Fernando Manzanilla Prieto e Ignacio Mier Velazco.
El primero, catalogado como el asesor estrella de Rafael Moreno Valle Rosas y Antonio Gali Fayad, gozando de las mieles del triunfo y las talegas de dinero, intrigando a su antojo y escondiendo la cara cuando así le conviene. Es su costumbre romper acuerdos, traicionar y retirar la amistad que acostumbra prometer por el honor de sus antepasados.
Prefiere pasar desapercibido, como el Córdoba Montoya del salinismo, valga la comparación en la maldad o mejor en titiritero que gusta de mover los hilos de los títeres. Gusta le consideren ser el cerebro malévolo.
Ignacio Mier Velazco, el protector de delincuentes y la impunidad; el diputado plurinominal que nunca ha ganado una elección; el que presume de la protección de Manuel Bartlett Díaz; el que dice que el dedo divino del presidente Andrés Manuel López Obrador lo señalará como el candidato a Gobernador de Puebla, aunque la gente casi no lo conozca en el Estado y menos lo acepte y las encuestas lo arrastren por la calle de la amargura.
Nachito, el cacique de Tecamachalco que también asegura que goza de los afectos de Claudia Sheinbaum, a pesar del desconocimiento cercano que tiene de él la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, debería estar haciendo compañía a sus socios, amigos y cómplices en el periódico Cambio, acusados de extorsión, lavado de dinero, delincuencia organizada y enriquecimiento inexplicable que es totalmente explicable, por eso están en la cárcel Arturo Rueda Sánchez, Francisco Romero Serrano y Florentino Tavera, además de ser investigado su sobrino Moisés Villaverde Mier, quien a través de su empresa “Mizco Consultores” conseguía concesiones y contratos de gobiernos federal, estatal y municipal.
Bueno, hasta el edificio que alberga el desprestigiado medio de comunicación está registrado como predio urbano baldío en la 33 A oriente 1407, en el fraccionamiento Anzures, quizá para eludir al SAT, el Seguro Social y acreedores municipales.
Rueda Sánchez, presumía a Ignacio Mier como su amigo y socio y señalaba que pronto se mudaría el periódico a su nueva instalación en la colonia El Mirador, donde también tendría oficina el diputado al igual que en Anzures, pues en realidad él era quien dictaba la línea editorial del chantaje y de las relaciones públicas que supieron sacar provecho, pues siempre sirvieron a Moreno Valle, Tony Gali, Luis Banck Serrato, Claudia Rivera Vivanco, Eduardo Rivera Pérez y Guillermo Pacheco Pulido.
Levantaron la mano a Martha Erika Alonso Hidalgo, traicionando Mier Velazco a MORENA, al candidato Luis Miguel Barbosa Huerta y a la llamada Cuarta Transformación, avalando el supuesto fraude electoral de 2018.
Infamia pura.
En la mente los tiene el legislador Jorge Estefan Chidiac, uno de tantos extorsionados.
Fernando Manzanilla Prieto e Ignacio Mier Velazco, son los nuevos émulos sórdidos de Rasputín que no se atrevieron a protestar por la vía legal la designación de Sergio Salomón Céspedes Peregrina como el nuevo Gobernador de Puebla, pero sí intrigaron hasta el cansancio porque desde el poder central se echara atrás la decisión del Congreso poblano, a sabiendas que las riendas de Casa Aguayo eran esenciales para sus planes de preparar la elección de 2024 a su favor.
Nunca les dio resultado su propuesta de encumbrar al Doctor Enrique Doger Guerrero, despreciado en el seno morenista, pues no lo aceptan ni como militante. Todavía circula la foto donde le levantó la mano a Martha Erika Alonso en 2018, siendo observado por un amigo de que eso era un grave error que tendría consecuencias futuras.
No imaginaron que el presidente López Obrador sabía de la decisión legislativa que se tomaría en Puebla, de manera unánime, a favor de Sergio Salomón.
POSDATA: Uno de los siervos de Ignacio Mier Velazco y Fernando Manzanilla Prieto, que hace trabajo de campo para convencer de las bondades rasputinescas de la pareja, es Francisco Ramos Montaño.
POSDATA 2: ¿Qué funcionarios de la BUAP y algunos maestros jubilados de triple discurso trabajan posicionando las figuras de Nachito y Fernandito?… Esto es tema aparte, como también las prerrogativas que llegarán a los ayuntamientos.
POSDATA 3: Mariano Piña Olaya, fue financiador de la campaña de Rafael Moreno Valle Rosas. El pago fue la colocación de su hijo Juan Pablo Piña Kurczyn en las entrañas del gobierno y luego hacerlo diputado federal por Teziutlán, además de solapar los grandes negocios con los terrenos de Santa Clara Ocoyuca, junto con su familia política los Posada Cueto.
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