EL ROSTRO ANGUSTIADO

Diario ABC Puebla

Ciudad de México- La cara de Adán Augusto López Hernández era otra en la sesión de MORENA, no la del soberbio ex gobernador de Tabasco ni la del prepotente ex secretario de Gobernación ni la del aspirante exigente a convertirse en candidato a la presidencia de la república.
Su rostro se le ve afligido, más arrugado, con una culpa que no puede ocultar, con la de saberse sorprendido en algo que oculta. La barba blanca no lo tapa.
Hay que advertir con severidad que Adán Augusto no es MORENA, solamente es un militante más que si está metido en problemas tiene que solucionarlos y si algo debe deberá pagar.
El hecho de que su secretario de Gobierno, Hernán Bermúdez, cuando él era gobernador, esté boletinado como ficha roja desde la INTERPOL por presuntos nexos con el crimen organizado, concretamente con “La Barredora”, lo pone en serios aprietos. No basta con su declaración: “Ya dije lo que tenía que decir”. Pocos, muy pocos le creen.
Ni tampoco puede eludir la exigencia de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de que brinde una postura firme y convincente.
MORENA ni nadie va a meter las manos por él ni de sus dichos si está mintiendo.
Esto demuestra que el Movimiento de Regeneración Nacional ni la cuarta transformación solaparán corrupción ni impunidad de nada ni nadie; sus preceptos morales están por encima.
Si Adán Augusto está limpio, como dice, tendrá que demostrarlo cuando las acusaciones lo alcancen.
Si son infundios, no tiene porqué afligirse.
¿Y si no?
Sus protegidos y los que jugaron a favor de él en contra de Claudia Sheinbaum, están verdaderamente preocupados.

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