- Con ello, la BUAP establece mecanismos para garantizar una vida incluyente y libre de violencia
Establecer mecanismos institucionales que consoliden una cultura con perspectiva de género, además de garantizar una vida incluyente y libre de violencia, es el cometido del Protocolo para la Prevención y Atención de la Discriminación y Violencia de Género en la BUAP, aseguró el Rector Alfonso Esparza Ortiz, durante la presentación de este instrumento para visualizar prácticas y actitudes nocivas, así como para erradicarlas.
Ante estudiantes, funcionarios universitarios y directores de unidades académicas, señaló que “con base en recomendaciones nacionales e internacionales se generó un instrumento que no solo atenderá el problema de la violencia contra las mujeres, sino también la inclusión, exclusión y discriminación social”.
El protocolo se elaboró en un ejercicio inclusivo con la participación de la comunidad universitaria, expertos en temas de género y legislación, así como miembros de la Dirección de Acompañamiento Universitario, del Centro de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras y de la Oficina de la Abogada General.
A lo largo de esta tarea, el Rector Alfonso Esparza Ortiz detalló que se hicieron diferentes análisis de referencias internacionales, nacionales y estatales, los cuales sirvieron de marco teórico para el trabajo subsecuente. Se realizaron foros de consulta en Ciudad Universitaria, las áreas de la Salud y Centro, y los cinco complejos regionales.
Asimismo, se creó una base de datos donde se ingresaron más de mil 30 propuestas, sugerencias y observaciones con respecto al borrador inicial. Todo ello se sintetizó en 65 propuestas que se integraron en un segundo documento sometido a discusión en los foros. Finalmente, el protocolo se presentó ante la Comisión Especial de Género del Consejo Universitario y se aprobó por unanimidad.
“El resultado de todo este trabajo fue un ejercicio amplio, participativo y plural, lo que nos permite hacer esta presentación del Protocolo para la Prevención y Atención de la Discriminación y Violencia de Género en la BUAP, el cual se publicó en la Gaceta Universitaria, órgano oficial de la Institución”.
Ahí, prosiguió, “encontrarán los mecanismos institucionales necesarios para consolidar una cultura con perspectiva de género que garantice a los miembros de nuestra Casa de Estudios una vida incluyente y libre de violencia”.
Más tarde invitó a los estudiantes reunidos en el Centro de Convenciones, en Ciudad Universitaria, a conocer este protocolo y ser agentes de su difusión, “porque en la medida en que todos estemos debidamente informados podremos ser partícipes de su debida aplicación y contribuir al bienestar integral de nuestra comunidad”.
María del Carmen García Aguilar, secretaria de Investigación y Estudios de Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras, comentó que dicho documento es una iniciativa del Rector Alfonso Esparza para atender las necesidades de la comunidad universitaria e impulsar la creación de un instrumento normativo que permita generar un clima libre de discriminación y violencia en la Institución.
“De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos, en Puebla se han registrado 70 feminicidios en lo que va del año. En este contexto, no es gratuito que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres haya emitido la alerta de violencia de género para 18 estados de la República, entre los cuales se encuentra Puebla. La alerta de género apunta su atención hacia 50 municipios de nuestro estado, en algunos de estos la BUAP tiene presencia con campus regionales”, refirió.
Este panorama exigía por parte de la Universidad su prevención y atención. “Esta intención se tradujo en la elaboración de un instrumento para atender casos de discriminación y violencia, el cual es también un referente para prevenir, reconocer y, en su caso, sancionar los actos y actitudes que vulneren la integridad de las personas”, dijo García Aguilar.
En el documento se destaca su ámbito de aplicación sin importar carácter, jerarquía y función de las personas involucradas. Se hace visible a las instancias y autoridades competentes para atender los casos suscitados, como las unidades de género, la Dirección de Acompañamiento Universitario, la Defensoría de los Derechos Universitarios y la Oficina de la Abogada General.
Asimismo, se presenta de manera puntual la descripción de los actos que puedan ser considerados discriminatorios o violentos y que sean motivo de presentar una queja; este rubro está acompañado del diseño de diversos procesos. Al final del documento se incluyen cuatro anexos que refuerzan de manera esquemática y descriptiva todos los procesos, motivos de este protocolo.
“De esta forma nuestra Institución no solo cumple con una de las recomendaciones de la alerta de violencia de género, dirigida a las instituciones de educación pública, sino que va más allá al incluir la prevención y atención de la discriminación”, puntualizó García Aguilar.