La mejor inversión que puede hacer un país, dentro de la visión de desarrollo integral y las políticas públicas, es la inversión en educación.
Esto considerando que la educación es un derecho humano fundamental, además de que es el medio por el cual se fomenta el desarrollo de las personas y, en consecuencia, de toda sociedad.
Es necesario mencionar que este derecho humano fundamental se encuentra contenido en el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el que se mandata que “toda persona tiene derecho a la educación” y que el estado mexicano, en su conjunto, “garantizará la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria, media superior y superior”.
La educación es el único medio con el que se puede crear capital humano, de igual forma es la forma para romper el círculo de la pobreza y, también, es el mecanismo mediante el que se incrementa la productividad y se avanza en la eliminación de las desigualdades sociales, es decir, es la manera de cerrar la brecha entre ricos y pobres.
En este contexto, es que se debe dar la debida importancia a la educación inicial, no dejando de lado la relevancia de los demás niveles, pero sí desde el enfoque de que la educación inicial abarca desde el nacimiento hasta la educación primaria, siendo en esta etapa que se establecen las bases del aprendizaje y la formación de valores de las personas.
Es por ello que, a cinco años de que el gobierno federal modificara el programa de estancias infantiles, es un buen momento para poner sobre la mesa de discusión un tema de vital importancia para el país.
El mayor argumento del presidente López para cambiar las bases de este programa fue el señalamiento de hechos de corrupción, pero, como siempre, no se aportaron pruebas, no se iniciaron procesos administrativos y mucho menos penales; tampoco se ofrecieron soluciones de mejora del programa, por el contrario, se han destinado menos recursos y se ha afectado a un número indeterminado de niñas y niños.
Las estancias infantiles son un programa que, en todos los países en que se ha implementado, ayuda a las personas que utilizan este servicio a estudiar, trabajar o buscar empleo, además, de ser un elemento que ayuda a incrementar la participación de las mujeres en el mercado laboral.
Por todo lo anterior, es necesario, de cara a la elección de 2024, abrir a la discusión pública este tema, en el entendido de que este sí es de interés nacional y, de manera particular, para todas aquellas madres y padres también que requieren de este servicio para la adecuada atención de sus hijos.
Por: Cristina Márquez Alcalá