A estas horas, oficialmente, ya debe haber alcalde suplente en la capital poblana.
Se llama Adán Domínguez Sánchez, el Gerente Municipal de la empresa denominada ayuntamiento de Puebla, que se quedará hasta octubre de 2024.
Se sacó la lotería el hombre que trabajó como regidor del gris alcalde Luis Banck Serrato, alfil de Rafael Moreno Valle Rosas y Antonio Gali Fayad.
Lamentablemente, Domínguez Sánchez, será un títere bajo las órdenes de Eduardo Rivera Pérez.
Mucho ojo, porque el ayuntamiento podría convertirse en otra caja chica del miembro de la secta “El Yunque” para financiar su búsqueda del gobierno de Puebla.
No crea usted, estimado lector, que me equivoqué al decir que la comuna es una empresa; así la manejó el que será candidato de la coalición Fuerza y Corazón que conforman el PAN, PRI, PRD y PSI.
¿Y qué…hay que aplaudirle al nuevo gran tartufo, Eduardo Rivera Pérez?
Se va un año antes de terminar su gestión entre acusaciones de alta corrupción e impunidad; privatizó calles con parquímetros y el alumbrado público, al igual que el agua potable que sigue en manos de una concesionaria que cobra tarifas abusivas amparado en un contrato leonino; los presos políticos son una realidad dolorosa.
Todo lo malo de Rafael Moreno Valle Rosas lo aprendió Eduardo, comprensible al haber sido su lacayo.
La represión del pueblo es una de las cartas de presentación del exedil.
Inseguridad y crímenes arteros carcomen a los ciudadanos. El último, el pasado domingo en la zona de Angelópolis. Ya se hizo costumbre como en los mercados, barrios y juntas auxiliares, sin que el ayuntamiento asuma su responsabilidad.
En su primera gestión como presidente municipal 2011-2014, prometió bachear la ciudad, siendo su programa estrella, fracasando terriblemente y cerrando su fallida administración firmando el cobro del agua potable por parte de un privado durante 30 años.
Sus cuentas públicas las tuvo que negociar para ser aprobadas; fue inhabilitado y recurrió a la recomendación para ser perdonado.
Perdió la elección de 2018 ante Claudia Rivera Vivando y luego triunfó en 2021 con la promesa que regresaría el agua al patrimonio de los poblanos, mintiendo cínicamente.
Eduardo Rivera y su mundo de la farsa.
Volverá a mentir para convenzan a la gente en 2024; bien lo vale la gubernatura.
Sus sueños se tornarán en una pesadilla de espanto.
POSDATA: La guerra sucia será una de las armas de Eduardo Rivera, intentando doblegar al favorito de millones de ciudadanos, Alejandro Armenta.
POSDATA 2: Ya empezó a circular la maldad de Eduardo y sus consejeros, muchos de ellos que están escondidos.
Sus periodistas mercenarios trabajan a destajo.
POSDATA 3: El senador José Ramón Enriquez Herrera, nada tiene que ver con el crimen organizado, argumento que esgrimen sus detractores.
No es la primera vez que el oriundo de Durango pasa por este tipo de acusaciones cada vez que busca ocupar un cargo público. Le sucedió cuando compitió por la alcaldía de la capital duranguense; luego, al abrirse en sus pretensiones de ser gobernador; también cuando el senado estuvo a su alcance.
Lo habían dejado en paz, pero el haber sido presentado como coordinador de Alejandro Armenta en Puebla y la zona conurbada, le volvieron a tundir.
No hay nada.
Puras noticias falsas.
José Ramón Enriquez Herrera, está limpio.
El miedo no anda en burro. ¿Verdad, Eduardo Rivera Pérez?
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