REFLEXIONES
Periodismo con Historia
(Diario ABC Puebla)
Por: Miguel Ángel García Muñoz
Sus amigos aseguran que Eduardo Alcántara Montiel goza con el apodo de “Rasputín”.
Él pide que así le llamen.
Lo que no saben es si esto se debe a que se cree la reencarnación del que fue considerado un sanador místico, brujo y profeta que se desempeñó como consejero del último zar de Rusia, Nicolás II o porque independientemente de ser analfabeta, su promiscuidad formó parte de sus años entre burdeles y el consumo de alcohol, divulgando entre el imperio que, para reducir la cantidad de pecados en el mundo, era preciso pecar lo máximo posible.
Su influjo entre los Romanov en el inicio del siglo XX, la tuvo principalmente con la zarina Alejandra por haber sanado a su hijo Aleksei, con la simple fórmula de retirarle el uso de la aspirina que le producía un mayor sangrado por la hemofilia que padecía.
¿Cuál es la influencia de Alcántara Montiel en el ayuntamiento de San Pedro Cholula y en su suegra, la incompetente e ignorante Paola Angon Silva?
¿Será que Eduardo, como Grigori, también es parlanchín y presuntuoso de su vigor sexual?
¿O es que también milita en una secta maléfica que le da poderes de embrujo sobre las personas que desea?
El “Rasputín” poblano ha sido expulsado hace unas horas de las filas del Partido Acción Nacional (PAN), luego de ser encontrado culpable de violencia política de género. La líder panista Augusta Díaz de Rivera ya lo hizo saber y falta que Marko Cortés lo avale a nivel nacional.
Todavía, Alcántara enfrentará la denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Puebla por acoso sexual y extorsión.
Grigori Yefimovich Rasputín, también fue conocido como “El Monje Loco” y señalado de ser espía al servicio de Alemania en la primera guerra mundial, ocasionando la caída del régimen zarista en Rusia.
Eduardo Alcántara Montiel, el “Rasputín poblano”, está muy alejado de las locuras de Grigori que le dieron fama mundial, simplemente es un violentador de género con tintes de delincuente a la alta escuela si se llega a comprobar la acusación de acoso sexual y extorsión, delitos graves que se persiguen de oficio.
La violencia que ha ejercido Alcántara Montiel es un fenómeno de causalidad psíquico social. El diccionario filosófico de Lalande la define como el empleo ilegítimo o ilegal de la fuerza abierta u oculta, con el fin de obtener de un individuo o grupo, algo que no quiere consentir libremente. Implica la intención de dominio o daño a la capacidad de pensar.
Eduardo Alcántara Montiel, siempre presumió de ser consejero panista; parte de la conciencia del blanquiazul e influyente en la administración del alcalde Eduardo Rivera Pérez. Quizá el PAN nunca pudo adivinar el pensamiento de su militante que incubó la agresión maligna que lo indujo a la depredación.
La única que lo supo comprender fue su cómplice Genoveva Huerta, actual diputada federal y quien fungiera como dirigente estatal del PAN. Ambos le entregaron la candidatura a la alcaldía de San Pedro Cholula a Paola Angon Silva, en 2021, seguramente a un precio que solamente ellos saben.