Una inusual exposición llegó a la sala del Museo Nacional de Praga. Se trata de la exhibición de cubrebocas como el símbolo más visible de la respuesta de la República Checa a la pandemia por coronavirus.

Algunas de los cubrebocas que ahora son mostrados en el Museo Nacional de Praga fueron hechos por importantes diseñadores de modas, y algunos otros son obras de creadores caseros que hicieron su propia mascarilla ante la escasez que hubo en el país a principios de marzo, cuando se decretó su uso obligatorio.

Dentro de la exposición se encuentra un cubrebocas hecho con un pedazo de tela en el que un niño autista de 15 años pintó un mapa de la red de transporte público de Praga. Así como el que hizo una mujer con una camisa que su esposo usó en su boda. También en la exposición está un modelo con una solapa con velcro colocada estratégicamente para permitir beber.

Para las autoridades del Museo Nacional de Praga esta exposición es una huella de lo que pasó el país y el mundo por la pandemia de COVID-19 tras el brote del nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan, China, a finales del año pasado, y que hasta el momento supera los 5 millones de contagios en el mundo y arriba de 300 mil muertes.

“Si queremos dejar un legado para futuras generaciones, esta colección de máscaras dice cosas positivas sobre nosotros. Como nación, somos capaces de enfrentar un reto de una forma positiva y mantenernos unidos. Las mascarillas son expresiones claras de eso”. Lenka Bouckova, portavoz del Museo Nacional de Praga.

• La exposición va a expandirse con donaciones futuras, cuando la gente no tenga que usar más las máscaras.
• La República Checa tenía un total de nueve mil 103 casos confirmados y 317 muertes hasta el jueves. Se piensa que el uso obligatorio de cubrebocas y otras medidas de prevención han limitado las infecciones en el país en comparación con otras partes de Europa.