Momias “reptilianas” de Nazca, muñecos, o cuerpos “no humanos”: estos son algunos de los nombres que se le han asignado a las peculiares figuras que el periodista Jaime Maussan presentó en la Cámara de Diputados el pasado 12 de septiembre.
Pese a que la comunidad científica ya ha emitido su opinión al respecto, el debate acalorado sobre la verdad detrás de estos supuestos especímenes de origen no identificado se ha mantenido en el ojo público.
A manera de réplica, el ufólogo mexicano presentó un análisis de los restos que habrían sido hallados en una mina de diatomea ubicada entre Palpa y Nazca, Perú. Desde su programa de Youtube negó las acusaciones y observaciones realizadas por arqueólogos peruanos, mismos que desde 2017 han emitido su posicionamiento, asegurando que se trata de restos precolombinos alterados ‘a doc’ para uso comercial.
En medio de ese debate, ha circulado un documento publicado en 2021, se trata de la investigación titulada “Aplicación de la tomografía computarizada para la identificación de un cráneo de un hallazgo arqueológico desconocido en Perú”.
Dicho análisis fue encabezado por Georgios A. Florides, profesor del Cyprus University of Technology y el biólogo mexicano José de la Cruz Ríos, quien actualmente colabora con Jaime Maussan.
¿Qué dice el documento?
De acuerdo con la investigación, se aplicó una tomografía computarizada a “restos no humanos” que fueron hallados en 2016 en Palpa, Perú.
Para el análisis se comparó el cráneo de uno de los pequeños “cuerpos” con el encéfalo de llamas y alpacas. Si bien algunos de los restos óseos no se pudieron identificar debido al desgaste producido por el tiempo, se logró detectar lo esencial: la mayor parte de la cabeza resultó ser de una llama.
“Se demostró que la cabeza del pequeño cuerpo está formada en gran parte por un deteriorado encéfalo de llama y otros huesos no identificados, y se parece mucho al cráneo humano”, se lee.
Cabe señalar que encontraron algunas diferencias entre la comparación del cráneo de la llama y el objeto de estudio, entre ellas el grosor, sin embargo, esto se podría explicar por el deterioro ocasionado por una mala conservación, según se explica en el propio documento.
Además, también se encontraron rasgos en el cráneo, como la fisura orbital y el canal óptico idénticos a los de la llama, mismos que estaban en el lugar opuesto del cráneo al que deberían estar lo que, según los investigadores “obliga a aceptar que el cráneo es un encéfalo de llama modificado”.
A la par, se aplicó un examen adicional del cuello del cuerpo, en el que se detectaron tres cuerdas (que según los resultados) podrían ser venas, cuerdas vegetales o intestinos con fines de fijación.
“Parece que los hallazgos son construcciones de muy alta calidad”, señalan los investigadores.
En otras palabras, tanto Georgios A. Florides como José de la Cruz Ríos, coinciden en un punto: los cuerpos fueron armados.
“Esto hace que uno se pregunte cómo se produjeron estos hace cientos de años”, agregan.
Finalmente, ambos expresaron la posibilidad de que las culturas peruanas precolombinas “habrían utilizado elementos corporales animales para expresarse de manera artística o bien creencias religiosas”.
Como se mencionó anteriormente el biólogo mexicano José de la Cruz Ríos, quien es autor de dicha investigación, ha colaborado en el proyecto de Jaime Maussan y actualmente sostiene que las figuras presentadas ante la Cámara de Diputados corresponden a “no humanos”. En tanto, los resultados de sus estudios de 2021 no fueron retomados en la presentación del pasado 12 de septiembre.
Más allá de las llamas
Este material fue publicado en el International Journal of Biology and Biomedicine, revista que ha sido cuestionada por la comunidad científica, pues no aparece en el SCImago Journal Rank (una medida de influencia científica de las revistas académicas según el número de citas en otros medios, periódicos o revistas de importancia).
Sin embargo, más allá del resultado de dicho análisis, otras voces expertas en el tema ya han emitido su opinión respecto a los supuestos cuerpos “no humanos” o momias de Nazca, tal es el caso del arqueólogo peruano Flavio Antonio, egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
El especialista, quien actualmente se desempeña como arqueólogo forense en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Lima, tuvo la oportunidad de conocer de cerca el caso analizando las muestras y concluyó que éstas habían sido construidas con partes de distintos animales y unidas con pegamento.
Además, en sus más recientes declaraciones y respecto a las pruebas de rayos X presentadas por Maussan, ha asegurado que éstas presentan inconsistencias anatómicas.
A la par, desde otros espacios, como el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se ha hecho hincapié en que, pese los múltiples esfuerzos científicos realizados alrededor del mundo, hasta el momento no hay pruebas de que exista vida extraterrestre.
“A pesar de todos los estudios y monitoreo del cielo (…) hasta el momento no hay ningún reporte observacional o experimental que ofrezca evidencias de vida fuera de la Tierra o de vistas de civilizaciones de otros mundos”, señala.