El brasileño Philippe Coutinho anticipó cuatro días su regreso a los entrenamientos y, tras proclamarse campeón de la Champions League con el Bayern de Múnich, ya trabaja a las órdenes del nuevo técnico blaugrana, Ronald Koeman, después de su cesión en el equipo bávaro.
Coutinho, que jugó la última temporada en el equipo de Múnich y conquistó el triplete –Bundesliga, Copa y ‘Champions’–, regresa al Barcelona antes de lo previsto para trabajar en busca de una segunda etapa mejor que la primera, cuando no cuajó a las órdenes de Ernesto Valverde.
La temporada y media de Coutinho en el Barça, siendo el traspaso más caro de la historia de la entidad –120 millones de euros fijos más 40 en variables–, no fue demasiado buena. El brasileño tuvo una llegada accidentada al Camp Nou, ya que llegó con la vitola de sustituto de su compatriota Neymar, en enero, y sin poder disputar la Champions.
En sus primeros partidos como blaugrana, en esa segunda mitad de la temporada 2017/18, disputó 18 partidos en LaLiga –ocho goles y cinco asistencias– y cuatro duelos de Copa del Rey –2 goles y 1 asistencia–.
Buenos números que no tuvieron continuidad en la pasada temporada, la primera al completo para Coutinho. En los 54 partidos oficiales de Coutinho en la campaña 2018/19 solo logró anotar 11 goles y dar cinco asistencias. No encontró su sitio, ni como extremo izquierdo ni como interior, posición con la que se le relacionó a su llegada coincidiendo con la marcha de Andrés Iniesta.
Tampoco llegó a tener el cariño de la afición blaugrana, que le silbó en varios partidos de la pasada temporada. El brasileño era defendido por directiva, cuerpo técnico y compañeros, pero tras marcar contra el Manchester United uno de sus tres goles en la pasada ‘Champions’, se puso los dedos en las orejas desafiando a la grada blaugrana en un gesto que no hizo más que enfriar la relación entre el ‘7’ y los culés.
Ahora, tras un paso de altibajos en el Bayern Múnich, pero con un buen final de campaña incluidos sus dos goles frente al Barça en la dura derrota por 2-8 antes los bávaros en los cuartos de final de la Champions, espera reconciliarse con la afición, ganarse la confianza de Koeman y demostrar que llega más fuerte a nivel físico.