No me equivoqué con Ignacio Mier Velazco.
No me he equivocado con el futuro senador plurinominal.
¡Es un traidor!
¡Un indigno!
Con bozal o sin bozal, muerde.
Ya lo demostró entregándose al morenovallismo y dándole la espalda a Morena.
Negoció entregando su fidelidad a Rafael Moreno Valle Rosas y Maximiliano Cortázar, en 2015, que su socio Arturo Rueda Sánchez no fuera encarcelado por extorsionar a Jorge Estefan Chidiac. De paso, como regalo a la sumisión, junto con su desprestigiado periódico Cambio, fue impulsado y enriquecido.
Cayó en los brazos de Antonio Gali Fayad, también por órdenes de Rafael.
Volvió a jugar las contras a Morena en 2018, omitiendo las sospechas de fraude electoral.
Ha intentado destrozar todo el tiempo el nombre y carrera política de Alejandro Armenta.
Y, sin embargo, Alejandro, le ha extendido la mano, demostrando que su ofrecimiento de unidad, para ganar la elección del 2 de junio, no es simulada.
Una cachetada con guante blanco a la indignidad.
No supera Mier Velazco haber sido derrotado en la interna morenista, que convirtió al senador en coordinador de Puebla de la defensa de la cuarta transformación.
Por eso ordenó a Rueda Sánchez golpear en su periódico al presidente Andrés Manuel López Obrador, en otra muestra de su espíritu vengativo y traicionero.
Para el coraje de los morenistas decentes, las declaraciones incendiarias en Ajalpan no tendrán repercusión en Mier Velazco. Ni siquiera llegará oficialmente el asunto a la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena, cuando merecería, por lo menos, quedar fuera de la candidatura al senado y sin opción de negociar posiciones que le servirán para hacer la guerra interna y fortalecerse rumbo al 2030, su última oportunidad de convertirse en gobernador, siempre y cuando no siga cometiendo las mismas pendejadas y estrategias perversas.
La misma suerte de ser excluida de las candidaturas debería correr Araceli Celestino Rosas, que quiere representar a Tehuacán en el congreso local, después de haber llamado pendejo a Alejandro Armenta y amenazarlo de agarrarlo de los huevos desde su curul. ¡Ah!, porque está segura de ganar la elección, mientras que al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, le augura que perderá. “No le alcanzará ante Lalo”, declara la maledicente mujer.
Cuando anoche vi la fotografía donde aparecen en los costados Ricardo Monreal y César Yáñez, flanqueando a Alejandro Armenta e Ignacio Mier, solamente atiné a pensar somnoliento: Lo volvieron a perdonar.
¡Qué chula es la impunidad!
POSDATA: La honestidad no es un buen negocio ni es reconocida, mientras la indecencia genera grandes ganancias.
POSDATA 2: Considero un señorón de la política a Manuel Bartlett Díaz. ¿No le da pena que el pillo Ignacio Mier Velazco se diga su protegido?
La misma pregunta le hago a la inteligencia de Enrique Doger Guerrero. ¿O son más fuertes las complicidades e intereses políticos millonarios?
POSDATA 3: El domingo les contaré la verdadera historia sobre el audio escándalo de la alcaldesa de San Pedro Cholula, Paola Angon, y su “misterioso” interlocutor al que le platica que pagó 2.5 millones de pesos al líder del PRI, Néstor Camarillo, por una candidatura.
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