La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó que, tras el 2 de abril, México responderá de manera integral a la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles recíprocos a todos los países, incluidos los aranceles al acero, aluminio y las importaciones de automóviles. Sheinbaum destacó que su gobierno tiene la responsabilidad de proteger al pueblo, los empleos y las empresas mexicanas, y que siempre defenderán la soberanía nacional.
Sheinbaum explicó que, según la orden ejecutiva firmada por el presidente Trump el 26 de marzo, las importaciones de automóviles provenientes de países del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) estarán exentas de aranceles. Esto incluye dos cláusulas que permiten certificar el contenido estadounidense de los automóviles y eximir de aranceles las piezas que cumplan con los términos del T-MEC.
México y Estados Unidos mantienen una fuerte integración en la industria automotriz. Durante las negociaciones, se ha planteado la creación de un Sistema de Preferencia para México, con el fin de reducir las tarifas sobre la proveeduría mexicana. Sheinbaum aseguró que siempre negocian con el interés del pueblo mexicano, y que el gobierno está trabajando con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, para alcanzar las mejores condiciones posibles.
Además, la presidenta destacó que México es el único país con una estrecha comunicación con el gobierno estadounidense. Como parte de la estrategia, se reunirá con directores de la industria automotriz, especialmente con empresas con capital estadounidense, para fortalecer las negociaciones y presentar el Plan México, cuyo objetivo es promover la producción y venta interna de lo fabricado en el país.
En cuanto a las exportaciones, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, informó que México exporta cerca de 3 millones de vehículos a Estados Unidos y que el 40% de las autopartes consumidas en ese país provienen de México. Durante las conversaciones con Lutnick, se ha discutido un Sistema de Preferencia para asegurar que los productos mexicanos tengan precios competitivos frente a los de otros países. Además, se busca evitar que las piezas que cruzan repetidamente las fronteras, como en la fabricación de automóviles, paguen aranceles adicionales, lo que encarecería la producción.
Finalmente, Ebrard subrayó que las negociaciones con Estados Unidos han sido constructivas y que México ha logrado que se comprendan sus argumentos sobre la industria automotriz.