Durante junio de 2020 se registró la mayor tormenta de polvo en el Atlántico, proveniente del desierto del Sahara, desde que comenzaron los registros en 2002. Es una situación extraordinaria que podría relacionar lugares en apariencia distantes, como el Sahara y el Ártico.
La conexión entre el desierto del Sahara y el Ártico puede provocar cambios climáticos en el mundo: lo que ocurre en un sitio, puede impactar en el otro.
Así lo han determinado un grupo internacional de científicos encabezados por Diana Francis de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Khalifa, ubicada en Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos, que investigaron las causas que originaron la tormenta de arena “Godzilla” de 2020.
La tormenta ocurrió entre el 14 y el 19 de junio y fue un evento récord, ya que el polvo alcanzó entre cinco y seis kilómetros de altura, con un polvo espeso y una superficie de hasta cinco kilómetros. La tormenta transportó polvo del Sahara hasta América, a través del océano Atlántico, en un evento que superó los registros que se tenían desde 1995.
El grupo de expertos indicó que la tormenta puede ser levantada por diferentes causas, entre las que destacaron las corrientes de aire y los remolinos de polvo que ocurren durante el día, que se ven potenciados por el calentamiento de la superficie de la tierra.
Los investigadores decidieron analizar las causas de la tormenta y su circulación, pues, a pesar de que se tienen algunos factores identificados, la tormenta de junio presentó características extraordinarias.
En un artículo publicado en la revista Geophysical Research Letters, los investigadores atribuyeron la magnitud de la tormenta a las condiciones creadas por un tipo de sistema de alta presión, llamado subtropical alto, frente en la costa del Sáhara. Esto aumentó el gradiente de presión norte-sur sobre África occidental y provocó vientos del noreste persistentes con fuerza récord.
El deshielo del Ártico en verano
Con ayuda de imágenes satelitales, los científicos descubrieron que la tormenta fue provocada por vientos anómalos récord del noreste, asociados con el desarrollo de un sistema subtropical de alta presión sobre África, lo que generó un tren de ondas que se mantuvo durante junio de 2020.
Las causas de esta extraña circulación pueden estar relacionadas con el deshielo del mar Ártico en verano, donde la capa de hielo tuvo el registro, en observaciones satelitales, más bajo obtenido desde 1981 a la fecha.
Los investigadores alertaron que, en caso de que los patrones del Ártico se vuelvan más comunes en un mundo más cálido, es probable que las tormentas de polvo aumenten su frecuencia en el futuro.
Además, el polvo del Sahara tiene un alto impacto en la inhibición del desarrollo de ciclones tropicales, como ocurre en costas de África.
A raíz de los hallazgos, los científicos buscan arrojar más información sobre las causas de las tormentas de polvo anómalas del Sahara, así como su relación con el Atlántico y los posibles consecuencias en el mundo.
Impactos climáticos de la tormenta de arena
Los efectos de la tormenta de arena a nivel mundial van desde afectaciones a vuelos en avión hasta alteraciones en la fertilidad del suelo en tierras situadas a miles de kilómetros del Sahara.
Sin embargo, hay consecuencias negativas y positivas. El polvo proporciona nutrientes a los ecosistemas oceánicos, como hierro y otros minerales. También se estima que el polvo influye en la actividad de los ciclones tropicales en el Océano Atlántico, a través de sus efectos sobre las temperaturas de la superficie.
Asimismo, las columnas de polvo podrían tener apoyar en el enfriamiento de la superficie del océano, ya que reflejan la luz solar hacia el espacio, lo que a su vez reduce la cantidad de energía disponible para que se forme o intensifique un ciclón.
ROA