Si el ex Presidente Vicente Fox Quezada es capaz de criticar con furia al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es porque está seguro de tener calidad moral y que su cola es corta.
Si la Unidad de Inteligencia Financiera, presidida por Santiago Nieto, le está investigando por presuntas irregularidades fiscales procedentes de 13 empresas y la Fundación Fox en la que están involucrados él y su hijo Rodrigo Fox de la Concha, nada tiene que temer si no hay delito que perseguir.
No tiene por qué llamarse perseguido, aunque aparezcan 700 millones de pesos de ingresos en sus empresas y no haya pagado impuestos en los últimos 4 años.
Si esto no es cierto, como afirma, puede dormir tranquilo.
El que nada teme, nada teme.
Tiene que demostrar el ex Presidente que es honesto y que sus empresas están más limpias que sus botas.
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