El sexo, más allá del placer físico que proporciona, puede aportarnos interesantes beneficios, algunos poco conocidos. Son numerosos los estudios científicos que a lo largo de la historia han tratado de investigar cómo la práctica sexual influye en el estado físico y emocional de los humanos.
Una investigación de la Universidad de Wilkes en Pennsilvania (EEUU) quiso saber el efecto que tenía el sexo en nuestro sistema inmunológico. Lo que demostró fue que mantener relaciones 1 ó 2 veces a la semana eleva los niveles de ciertos anticuerpos en comparación con los que tienen sexo con menos frecuencia.
El estrés es otro de los males que el sexo puede ayudar a minimizar. Lo hace desde distintos frentes. Por un lado, estar cerca de la persona amada, nos relaja, reduce nuestra ansiedad y, por tanto, el estrés. Por otro lado, cuando estamos en plena faena, el cerebro libera un químico que acelera el centro del placer y de la recompensa.
¿Sabías que los orgasmos son capaces de bloquear el dolor? Según un estudio de la Universidad Estatal de Nueva Jersey (EEUU), durante el placentero momento, el organismo libera una hormona que ayuda a elevar el umbral de dolor. El mismo estudio también resaltó que la estimulación vaginal sin orgasmo también bloqueaba en las mujeres el dolor de espalda, el menstrual, la artritis y el dolor de cabeza.
Después de tener un orgasmo, nuestro cuerpo libera prolactina. Esta hormona está involucrada en el sueño y en la relajación. Es el motivo por el que, tras un encuentro sexual, podemos quedarnos dormidos más rápidamente de lo habitual.
Otro beneficio del sexo que se suma a esta lista es su potencial de cuidar el corazón, siempre que el médico no nos diga lo contrario. Las relaciones sexuales no solo aumentan el ritmo cardíaco, sino que mantienen en equilibrio los niveles de estrógeno y testosterona. El desequilibrio de estas hormonas provoca, por ejemplo, osteoporosis. Cuanta más frecuencia haya en las relaciones sexuales, mejor. Varios estudios han evidenciado que mantener sexo al menos dos veces por semana reduce a la mitad las posibilidades de morir de una enfermedad del corazón.
El sexo ayuda a fortalecer el sistema inmunológico
Las personas sexualmente activas enferman mucho menos ya que el sistema inmunológico se ve reforzado por esta placentera actividad generando más anticuerpos que alguien que no practica sexo. Nuestro cuerpo está así más protegido contra los virus, gérmenes y cualquier otro intruso. Una investigación de la Universidad de Wilkes en Pennsilvania (EEUU) demostró que mantener relaciones sexuales 1 o 2 veces por semana eleva los niveles de ciertos anticuerpos en comparación con los que lo hacen con menos frecuencia.
El sexo disminuye la presión arterial
Muchos estudios han evidenciado la buena asociación entre el sexo y una presión arterial más baja; en concreto, mantener relaciones sexuales -que no la masturbación-, reducen la presión arterial sistólica, el valor máximo de la tensión cuando el corazón se contrae.
Sexo contra el cáncer
Para los hombres, mantener relaciones sexuales hace que estos tengan menos probabilidades de desarrollar cáncer de próstata. Según un estudio de la revista Journal of the American Medical Association, eyacular al menos 21 veces al mes protege contra el cáncer, por lo que la masturbación también cuenta como aliado.
El sexo aumenta la libido
Causa y efecto. Mantener relaciones sexuales con frecuencia provocará, por una parte, que el sexo sea cada vez mejor y también mejorará nuestra libido. Para las mujeres en concreto, las relaciones íntimas generan lubricación vaginal extra, un aumento del flujo sanguíneo y una mejora de la elasticidad.
Sexo contra el estrés
Mantener relaciones sexuales alivia el estrés de muchas maneras. Por un lado, estar cerca de la pareja nos relaja, reduce nuestra ansiedad y por tanto el estrés. Abrazar, tocar y besar a nuestro compañero o compañera nos hace sentir bien, ya que mientras sucede la relación sexual liberamos un químico cerebral que acelera el centro del placer y la recompensa del cerebro. Además, el sexo aumenta la autoestima y la felicidad, otra buena receta anti estrés.
El sexo es un ejercicio
Aunque no pueda reemplazar a la bici, los patines, una carrera o la natación, sí que cuenta como ejercicio físico. De media, quemamos unas 5 calorías por minuto, utilizamos varios músculos del cuerpo y aceleramos nuestro ritmo cardíaco, lo que nos hace estar más sanos.
Sexo contra el dolor
¿Te duele algo? Haz el amor con tu pareja. El orgasmo es capaz de bloquear el dolor, según un estudio de la Universidad Estatal de Nueva Jersey (EEUU), ya que se libera (durante el orgasmo) una hormona que ayuda a elevar el umbral de dolor. El mismo estudio también resaltó que la estimulación vaginal sin orgasmo también bloqueaba en las mujeres el dolor de espalda, el menstrual, la artritis y el dolor de cabeza.
El sexo ayuda a descansar
Después de un orgasmo, se libera la hormona prolactina, responsable de la somnolencia y la relajación. Es por este motivo por el que tras un encuentro sexual podemos quedarnos dormidos más rápidamente de lo normal.
El sexo reduce el riesgo de ataque cardiaco
Ser sexualmente activo es bueno para el corazón. Las relaciones sexuales no solo aumentan nuestro ritmo cardíaco, sino que mantienen en equilibrio nuestros niveles de estrógeno y testosterona. El desequilibrio de estas hormonas provoca, por ejemplo, osteoporosis. Cuanta más frecuencia haya en las relaciones sexuales, mejor. Varios estudios han evidenciado que mantener sexo al menos dos veces por semana reduce a la mitad las posibilidades de morir de una enfermedad del corazón.
El sexo mejora el control de la vejiga femenina
Tener un suelo pélvico fuerte es importante para evitar la incontinencia urinaria, un problema que afecta a alrededor del 30% de las mujeres en algún momento de sus vidas. Practicar sexo puede ser un entrenamiento muy eficaz para los músculos de esta zona debido a que cuando las mujeres tienen un orgasmo se produce una contracción de los músculos del suelo pélvico, lo que fortalece esa zona.