El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comparó las protestas contra la brutalidad policial y el racismo con terrorismo.
Estos no son actos de protesta pacífica, sino de terrorismo interno”, declaró Trump ante líderes empresariales locales en una escuela secundaria.
Ayer Trump viajó a la ciudad de Kenosha, en Wisconsin, epicentro de una ola de protestas a raíz de la agresión policial contra Jacob Blake, un joven de 29 años que fue baleado por agentes.
El mandatario criticó a los gobernadores y alcaldes demócratas por no aceptar la oferta de ayuda federal.
Simplemente, no quieren que vengamos aquí. Estos gobernadores no quieren llamar y los alcaldes tampoco. Tienen que pedirlo”, insistió.
Trump recorrió los restos calcinados de una manzana que resultó afectada durante las movilizaciones.
El mandatario se reunió con los propietarios de una tienda de antigüedades que había sido destruida y culpó a sus rivales políticos por omisiones ante el caso.
Por la tarde, simpatizantes republicanos chocaron con representantes del movimiento antirracista.
Portando banderas en apoyo al presidente, una caravana pasó frente a los manifestantes, mientras que otros lo abucheaban.
En ese contexto, las autoridades desplegaron policías y vehículos blindados.
Se colocaron barricadas a lo largo de varias de las principales avenidas de la ciudad para dispersar a espectadores.
Kenosha, Wisconsin, al norte de Estados Unidos, ha sido escenario de protestas desde el 23 de agosto, cuando Blake fue baleado siete veces en la espalda por la policía mientras se estaba subiendo a un vehículo en un intento de arrestarlo.
Si bien hubo más de 30 incendios provocados en las primeras tres noches, la situación se ha calmado desde entonces.
En su recorrido, el mandatario eludió señalar cualquier tipo de racismo estructural en la nación o en sus departamentos de policía, en cambio acusó una retórica contra la policía.
-Con información de Reuters y AP