“La poesía es sistémica porque es esencialmente humana”.
Abel Pérez Rojas
Somos muchos los que estamos resistiendo desde la poesía a los días aciagos que tienen como punta de lanza el drama generado por el Covid-19.
Basta con mirar hacia un punto cualquiera para encontrar que alguien se ha asido a algún poema, frase, pensamiento, reflexión, aforismo, canción o a una combinación de todo ello para tomar fuerza de su interior y ver que la situación que estamos viviendo puede ser más transitable y digerible.
De acuerdo con las herramientas de Google, la semana pasada del 10 al 16 de mayo, han sido los días en los cuales sus usuarios han realizado la mayor cantidad de búsquedas bajo los términos “frase” y “poema”, de los últimos cinco años.
Encontrar refugio en la poesía no es nuevo, no es exclusivo de los periodos complicados, pero sí es más visible, que es ahí donde podemos encontrar una fuente interminable de inspiración y fortaleza.
Para quien ya está entrenado en estos andares ha sido de lo más fácil acudir a este manantial, y para muchos, ha significado una verdadera revelación encontrar que, en efecto, la palabra tiene una fuerza indescriptible.
A estas alturas el valor social de la poesía es inobjetable, porque hemos tenido que acudir a todas nuestras reservas humanistas para mantener a flote el ánimo de miles, tal vez millones, que han empezado a flaquear, debido al consenso internacional de que la pandemia llegó para quedarse por un buen tiempo.
Soportamos desde la poesía la inclemencia del temporal porque estamos experimentando un sentimiento de fraternidad sin tener que entregar nuestra libertad a los brazos de los falsos líderes que están a la búsqueda de ovejas.
Es decir, la poesía es una vía no confesional que nos une y a la vez nos libera en la medida en que nos adentramos en su naturaleza profunda.
Estamos resistiendo desde la poesía porque algunos estamos muy sensibles y eso nos orilla a verla a la menor provocación.
Y cualquier provocación es realmente la que sea: una injusticia, la recuperación de alguien que parecía destinado a la muerte, la entrega de la mayoría del personal de salud, los índices galopantes de contagio, el atardecer, una sonrisa.
Hay muchas historias que merecen pasar a la posteridad en nuestras letras y así lo han entendido algunos y otros más, lo han intuido.
Se ha asumido que a través de la poesía dejaremos testimonio de lo que estamos presenciando y que es nuestro pasaporte a la posteridad.
Sí, sí estamos resistiendo desde la poesía porque ya traíamos una inercia un tanto silenciosa que ahora no puede callarse ni puede ocultarse porque es sistémica y está incidiendo a través de múltiples formas.
La poesía es sistémica porque es esencialmente humana y toca a cualquiera que tenga una pizca de humanidad.
Termino con mi poema Resistir, espero abone a tu propia resistencia y fluidez en medio de lo que estamos viviendo.
Resistir…/ es tolerar de más, / es aguantar la carga insoportable, / es parar con el pecho las ofensas, / es terminar el maratón / pese a la dictatorial marcha de las manecillas, / es convertirse en tormenta / frente a quienes esperaban vernos huir, / es borrar de nuestro lenguaje / la palabra desistir, / es transitar por la tentación / y continuar el camino, / es salir avante / de cualquier cuarentena. / Resistir… / es organizar, / animar, / planear, / ejecutar / y soñar / con el progreso / pese al hambre, / las pandemias, / las injusticias, / los gobiernos despóticos / y la ruta dictatorial de Matrix. / Resistir… / es la bandera de la disciplina / y también el final de la distancia.
Vale la pena darse cuenta. Vale la pena intentarlo.
Nos vemos la próxima semana.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige Sabersinfin.com