Ricardo Salinas Pliego, no solamente desatendió la emergencia sanitaria nacional, sino que tampoco frenó las actividades de sus empresas que no son consideradas por el Gobierno federal como esenciales.
No conforme, mire usted la poesía que se aventó en cuatro preguntas:
¿Cuál es el plan a futuro?
¿Quedarse encerrados hasta que haya cura o vacuna?
¿Quedarse encerrados hasta que el gobierno les diga que pueden salir?
¿O quedarse encerrados hasta que un buen día de desapendejen y decidan salir a vivir la vida con todo y sus riesgos?
Yo le respondería con otra pregunta: ¿Los miles de contagiados y muertos en México, incluyendo a trabajadores de sus empresas que se quejaban de no tener los insumos necesarios y que ellos mismos se los compraban, se apendejaron o se desapendejaron y por eso están internados o yacen en un sepulcro?
Quiere más.
Ricardo Salinas Pliego, no tiene problema, nada en dinero, come caviar y vive de lujo. Evadir impuestos por 32 mil millones de pesos, es la fórmula del desapendejamiento de un abusivo que ha sido solapado, dicen los que saben.