Nuevas luces para explicar el origen de la celebración de la gran fiesta del 5 de mayo en los Estados Unidos, por encima del día de la Independencia, el 16 de Septiembre, ha revelado el académico, escritor, diplomático y periodista Agustín Gutiérrez Canet.
De entrada comenta que los festejos del 5 de Mayo empezaron a celebrarse primero en Estados Unidos, antes que en México, por la comunidad mexicana en California.
Lo anterior lo dijo el escritor Pedro Ángel Palou García en una videoconferencia con el escritor Paco Ignacio Taibo II, organizada por el Instituto Cultural Mexicano de la Embajada de México en Washington. Palou contó que el 27 de mayo de 1862, el periódico La Voz de Méjico de San Francisco publicó una nota del corresponsal Alberto Mancillas, bajo este encabezado:
“¡Viva México! ¡Viva la Independencia! ¡Vivan los valientes soldados mexicanos! ¡Viva el heroico general Zaragoza y sus compañeros!”.
La noticia fue recibida con júbilo por los mexicanos de la zona de San Francisco y de inmediato organizaron un festejo. Desde entonces, la victoria de la Batalla de Puebla se ha convertido en la fiesta cívica mexicana más celebrada en Estados Unidos, incluso es más conocida que el 16 de Septiembre.
De este modo, la fecha del 5 de Mayo ha quedado muy arraigado en la cultura popular estadunidense, como si fuera el Día Nacional de México. Todo mundo adorna comercios y celebra. Desde hace tiempo los Presidentes de Estados Unidos, Donald Trump incluido, recuerdan la fecha.
Gutiérrez Canet, según publicó en el diario Milenio, indagó más sobre la celebración en California, territorio del que se apoderó EU en 1848 y halló en La Crónica de Los Ángeles, la narración de otro festejo, posterior al realizado por primera vez en San Francisco:
“El 5 de mayo de 1873 será un día que recordarán siempre con placer los buenos mexicanos residentes en Los Ángeles. El comité de la Junta Patriótica de Juárez dispuso que se celebrara el 11° aniversario de la victoria alcanzada en las inmediaciones de Puebla por los valientes hijos de la República al mando del joven y malogrado General Ignacio Zaragoza, sobre los invasores del Imperio francés, acaudillados por el General Lorencez, el 5 de mayo de 1862”.
LA HISTORIA DE LAS GRANIZADAS
Respecto a las lluvias y sobre todo una granizada que caía sobre Puebla todos los días 5 de mayo desde hace mucho tiempo, el historiador poblano Antonio Deana Salmerón lo comenta en la Revista de la Universidad de México, de agosto de 1993, titulado La Celebración del 5 de Mayo en el Pasado de Puebla.
Dice textualmente:
“Algo curioso y extraño ocurría en Puebla cada día 5 de Mayo. A mediodía o en las primeras horas de la tarde, se abatía sobre la ciudad una fuerte tormenta de agua y granizo, como ocurrió en la batalla de 1862.
“A veces la granizada se adelantaba y caía el día 4, en otros años se atrasaba y caía el día 6, pero no pasaba de estos tres días en que el cielo nos deparaba agua y granizo.
“Cuando esto ocurría, en Catedral, con la campana María, tocaban a rogación; entonces, en los hogares de Puebla, se quemaba la palma bendita y las ramas de romero que habían sido bendecidas el Día de La Candelaria; se encendía el cirio pascual y se rezaba el trisagio, oración dedicada a la Santísima Trinidad y según el decir de nuestras abuelas, se hacía todo esto para ‘calmar la ira de Dios’. Ahora (1993) ya no hay agua ni granizo el 5 de Mayo.
“Después de la tormenta, brillaba el sol y el arco iris adornaba el firmamento; al anochecer de ese día daba comienzo la gran fiesta: El Combate de Flores que se prolongaba hasta pasada la medianoche”.
Así han sido las antiguas estampas de Puebla.
En fin, como escribió Manuel Acuña (México, 1849-1873) en su poema Cinco de Mayo:
Y llegó la hora, y el cielo
nublado y obscurecido
desapareció escondido
como en los pliegues de un velo.
La muerte tendió su vuelo
sobre la espantada tierra,
y entre el francés que se aterra
y el mexicano iracundo,
se alzó estremeciendo al mundo
tu inmenso grito de guerra.
raultorress@hotmail.com