A finales del mes de febrero del 2020, cumplió 25 años el Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (CUPREDER) de la BUAP.
El Centro se gestó a raíz del periodo eruptivo del volcán Popocatépetl registrado el 21 de diciembre de 1994, cuando se vio la necesidad de crear una dependencia universitaria que atendiera el problema en las comunidades cercanas al volcán.
El proyecto fue alentado por el entonces Gobernador Manuel Bartlett Díaz y el rector de aquella época, José Doger Corte, y ha contado con el apoyo de las subsecuentes autoridades universitarias.
El 9 de febrero de 1995, el Consejo Universitario de la BUAP acordó su creación y se fundó el 17 de febrero como una unidad académica multidisciplinaria con tareas sobre el territorio, los desastres, el agua y los volcanes.
El Director del CUPREDER, Aurelio Fernández Fuentes, señaló que, para enfrentar el manejo de desastres, el deterioro brutal del medio ambiente y la degradación social, atrás de todo está un problema de degradación de las organizaciones comunitarias, del ejido y de la cultura.
Por ello, ahora se enfoca a contribuir a recuperarlo. Ahí están Cuetzalan y su Comité de Ordenamiento Ecológico Territorial Integral (COTIC), Cuautomatitla, Nealtican, Calpan o las organizaciones como la 28 Octubre, ejemplo de resistencia, organización y democracia.
Hoy el CUPREDER estimula y exalta esas organizaciones y sus acciones comunitarias para que ellas resuelvan sus problemas y no esperen la voz del científico que resuelve todos los problemas desde el escritorio sin entender nada.
En esos 25 años el Centro ha informado a la población afectada sobre los peligros volcánicos; ha estudiado temas sociales y naturales para comprender peligros, vulnerabilidades y determinar riesgos; ha participado con más de mil universitarios en programas de prevención, información y evacuación en las zonas aledañas al Popocatépetl entre 1996 y 1998.
Asimismo, elaboró el primer Plan de Preparativos de la Emergencia del Volcán Popocatépetl; realizó el Proyecto Gregorio, un estudio sobre vulnerabilidad social en la zona de peligro con el apoyo de CONACYT; el Programa Regional de Ordenamiento Ecológico y por Riesgo Eruptivo de 40 municipios de los tres estados que rodean la Sierra Nevada, que es el primer instrumento de prevención estructural de riesgos en el país.
Igualmente, el CUPREDER realizó el programa de Ordenamiento de Cuetzalan, referente nacional en temas urbanos y ecológicos, retomado por el gobierno federal en el proyecto integral de desarrollo de la península de Yucatán. Otros reordenamientos fueron en Tlatlauquitepec, Yaonáhuac, Zoquiapan, Tuzamapan de Galeana, Cuautinchan y Tecamachalco.
Desde 1997, además, han respondido a desastres en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Yucatán, así como en el problema de las lluvias que afectaron la Sierra Norte de Puebla en 1999 y los sismos que dañaron Puebla en 1999 y 2017; participaron en la reconstrucción de más de 100 casas con modelos sismo resistentes en Cuautomatitla, municipio de Tochimilco.
En el caso del agua, el CUPREDER ha atendido el problema con análisis, discusiones y soluciones como lo han sido la captación de agua de lluvia como se hizo en cuatro unidades académicas de la BUAP.
Otras intervenciones han sido el desarrollo y diseño de la carrera en Gestión Biocultural del Territorio en Cuetzalan, además de informar a los medios de comunicación sobre aspectos como la meteorología y el comportamiento del Popocatépetl y el generar conocimiento en foros y publicaciones académicas.
Sin duda alguna, han sido 25 años productivos para la BUAP y su entorno social poblano.
En fin, como escribió Víctor Corcoba Herrero Granada (España, 1958) en su poema Ante los Desastres Naturales:
Llora la tierra, tiembla el mundo,
gime el planeta, suplica una flor,
el hombre se las ha tragado todas.
¿Y Dios dónde se halla?
Repartiendo los panes del consuelo,
búsquenlo en el silencio.
Partiendo con las víctimas al cielo,
rebúsquenlo en cada rincón.
raultorress@hotmail.com