La alta posibilidad de que sea designado Guillermo Pacheco Pulido como Gobernador interino, puso a trabajar al PAN morenovallista, contratando a sus cagatintas para atacarlo con furia e inventar cuentos.
Los escribientes lanzaron sus petardos sin mayor tino ni efecto.
No se ocuparon de Pacheco durante varios lustros; sin embargo, hacen desesperados esfuerzos para evitar lo que parece inevitable este día.
Pero, ¿nada más son los panistas los interesado en bloquear a Pacheco Pulido o hay una que otra mano morenista, de esas traicioneras, que se ha unido a la campañita de desprestigio, pidiendo un deseo al mismo diablo: Que sea uno de los suyos el que gane el voto mayoritario del Congreso del Estado.
Para desgracia suya, MORENA controla la Cámara.
Pacheco Pulido, es el mejor en cuanto a experiencia, capacidad y talento.
Irrefutable su conocimiento de la política.
Después de que el interino sea elegido, es obligado realizar una investigación profunda de todos los implicados en la corrupción e impunidad que prohijó Rafael Moreno Valle Rosas y sigue vigente. Los involucrados son muchos, son los que ven que la única forma de salvarse es que el suplente sea panista para luego lanzarse por la elección constitucional. Lo contrario, implicaría su desbandada; la huida de Puebla; la desarticulación definitiva del morenovallismo.
La historia enseña que los hombres ganan el poder para ejercerlo y lo tienen que hacer rodeado de gente de confianza, preparada y dispuesta al sacrificio. Dejar acercarse a los lobos con piel de oveja es terrible y se vive condenado a la traición.
Nunca lo entendió Francisco I. Madero, dando paso a la Decena Trágica, lapso que se conoce a los diez días en los que un grupo de militares se levantó en armas contra el gobierno de Francisco I. Madero; en la memoria colectiva quedó como el paradigma de la traición ya que Victoriano Huerta, que ascendió al poder como resultado de la rebelión, había sido nombrado comandante en jefe dos días antes por el mismo Presidente.
Desde los primeros meses el gobierno de Madero había generado antipatías. Por una parte se criticaba su posición moderada –perdonó la vida a Bernardo Reyes y Félix Díaz tras un conato de golpe de estado- y por otra, no alcanzaba a llenar las expectativas irreales que tenían diversos grupos para esa primera etapa. A los intentos de sublevaciones le siguieron huelgas y constantes críticas de la prensa que parecía añorar la paz porfiriana. Las cosas se complicaron aún más cuando el presidente norteamericano William Taft amenazó al gobierno con una intervención armada.
El 9 de febrero de 1913 la rebelión empezó en la Escuela Militar de Aspirantes y el cuartel de Tacubaya y por primera vez desde el inicio de la Revolución la ciudad de México que convirtió en campo de batalla. Los sublevados liberaron a Bernardo Reyes y Félix Díaz y después se refugiaron en La Ciudadela, un cuartel militar ubicado en la misma Ciudad de México.
Cuando se enteró de las primeras batallas el presidente Madero fue a Palacio Nacional para desde allí defender su gobierno, pero antes nombró comandante militar de la plaza al general Victoriano Huerta que de inmediato se puso en contacto con los sublevados y se unió a ellos. El 17 de febrero, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron hechos prisioneros dentro del Palacio Nacional, se les prometió transporte hasta su exilio en Cuba.
El Embajador Henry Lane Wilson tuvo un papel vergonzoso, por una parte presionaba al gobierno de Madero diciendo que solo él podía evitar una intervención militar por parte de Estados Unidos y por otra se coludió con los rebeldes ofreciendo la sede de la embajada para reuniones entre las diferentes facciones. Allí se decidió que Huerta asumiría la presidencia provisional antes de 72 horas en lo que se llamó el Pacto de la Embajada.
El 19 de febrero el Congreso se reunió en sesión extraordinaria, se presentaron las renuncias del presidente y vicepresidente ante un Congreso reunido en sesión extraordinaria. Para aparentar cierta normalidad se nombró presidente a Pedro Lascuraín, ministro de Relaciones Exteriores. Después de una hora Lascuraín renunció –es el récord mundial de la presidencia más corta- para nombrar presidente a Victoriano Huerta.
En la noche del 22 de febrero se trasladaron a Madero y Pino Suárez a la Penitenciaría de Lecumberri, en el camino fueron asesinados.
Victoriano Huerta permaneció en la presidencia 17 meses hasta que fue derrocado por las fuerzas carrancistas. Disolvió el Congreso de la Unión el 10 de octubre de 1913 y se convirtió en un dictador ordenando la captura, tortura y asesinato de muchos mexicanos.
NUNCA OLVIDAR la historia, es obligado.
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx