Tomado de Sin Embargo
Redacción
4 de enero de 2020
“(Soleimaní) organizó el intento de asesinato contra el Embajador saudí en Washington, DC, en 2011, preparando un ataque terrorista en suelo estadunidense”, escribió el Vicepresidente de EU, Mike Pence, en su cuenta de Twitter.
Ciudad de México, 4 de enero (SinEmbargo).- Qasem Soleimaní, General iraní fallecido durante un bombardeo perpetrado por Estados Unidos la víspera, habría estado vinculado con el cártel mexicano de “Los Zetas”, grupo criminal con el que supuestamente se puso en contacto para perpetrar un atentado contra la Embajada de Arabia Saudita en Washington, DC, en 2011.
Lo anterior fue puesto en evidencia por el Vicepresidente estadounidense, Mike Pence, quien denunció a través de su cuenta de Twitter algunos de los atentados y ataques en los que Soleimaní presuntamente estuvo involucrado, entre los que se encuentra el intento de asesinato del Embajador saudí Adel Al-Jubeir hace ocho años.
“(Soleimaní) organizó el intento de asesinato contra el Embajador saudí en Washington, DC, en 2011, preparando un ataque terrorista en suelo estadunidense”, escribió Pence.
En aquella ocasión, un informante de la DEA reveló que el empresario iraní-estadounidense Manssor Arbabsiar supuestamente se puso en contacto con él, quien se hizo pasar por un alto mando de “Los Zetas”, para planear un ataque con bombas en la Embajada de Arabia Saudita en Estados Unidos.
A cambio, Manssor Arbabsiar habría abierto las puertas de Medio Oriente al cártel mexicano para comercializar opio y otros estupefacientes.
Entre los meses de mayo y octubrre de 2011, Arbabsiar y el presunto integrante del Cártel de “Los Zetas” habrían afinado detalles para perpetrar el asesinato del Embajador saudí. El plan era hacer estallar un restaurante colmado de civiles o, en su defecto, en la Embajada de Arabia Saudita en Washington. Para llevar a cabo el “trabajo”, Arbabsiar supuestamente ofreció 1.5 millones de dólares por hacer volar el coche bomba.
El presunto sicario advirtió que, de hacerse en el restaurante, habría decenas de víctimas colaterales; sin embargo, la respuesta de Arbabsiar —grabada— fue abrumadora: “quieren que se echen a ese tipo [el embajador], si se mueren cien personas, que se jodan”.
Todas las conversaciones grabadas fueron proporcionadas por el informante de la DEA, únicamente identificado como “CS-1” o “Informante Confidencial 1”, en ellas se incluyen otros tratos que el Cártel de “Los Zetas” habrían tenido con la “Fuerza Quds”, entre los que sobresalen hacer explotar las embajadas de Israel en Washington y en Buenos Aires, Argentina.
Según datos facilitados por “CS-1”, el empresario iraní-estadounidense realizó un primer depósito de cien mil dólares a una cuenta vigilada por el FBI con el objetivo de comprobar la relación del grupo delictivo mexicano con la organización dirigida por Soleimaní.
“Arbabsiar se reunió con ‘CS-1’ en México el 24 de mayo de 2011… y le preguntó de su conocimiento con respecto a explosivos y le explicó que, entre otras cosas, estaba interesado en atacar la Embajada de Saudí Arabia. ‘CS-1’ respondió que sabía usar explosivos de C-4”, detalló en aquella ocasión la DEA.
Asimismo, el 28 de septiembre de ese mismo año, “CS-1” habría citado a Arbabsiar en territorio mexicano, para finalizar las negociaciones y perpetrar el magnicidio.
Aquel pacto sería la clave para detener a Manssor Arbabsiar. El 29 de septiembre, al arribar a la Ciudad de México fue rechazado y devuelto a los Estados Unidos, mientras esperaba en el Aeropuerto de Nueva York, fue aprehendido. Ese mismo día confesó los planes que tenía y la colaboración con el cártel mexicano. Dos años después fue condenado a 25 años de prisión.