Evo Morales, de siempre ha recibido críticas y desprecios por su digno origen indígena y sus ideas democráticas de izquierda. Él y su pueblo sufrieron de pobreza extrema y discriminación. Recuerdo que por los tiempos en que fue elegido democráticamente para gobernar Bolivia, en un viaje a Europa le negaron el permiso para aterrizar en Francia, a pesar de que su aeronave tenía la necesidad de repostar combustible.
No es nuevo el repudio a las mentes brillantes que reclaman justicia social; no es nuevo el constante ataque a la integridad de hombres que piensan en los demás. En hora buena a Evo Morales por estar con nosotros.
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DURA la tienen AMLO y Miguel Barbosa, al tratar de meter al orden a empresarios corruptos que eluden los pagos de impuestos y a los ex-servidores públicos y políticos que se robaron los impuestos que se pudieron recaudar. Tremendo círculo defectuoso que no se puede deshacer de un día para otro. En seis años no se pueden destruir ocho décadas de abusos y latrocinios. No les queda otra más que seguir destapando cloacas.